Cuando la actitud, el trabajo y la pasión se unen, la fórmula no puede fallar. Esta es una de las premisas detrás de la historia de La Juanita Sombreros, la marca que combina artesanía y moda fundada por Stephanie Ripa inspirada por su abuela.
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“Mi abuela fue mi musa e inspiración para crear mi marca. Ella amaba los sombreros y estaba muy conectada con la moda. Recuerdo que me mostraba fotos de sus atuendos usando capelinas y sombreros de todo tipo”, cuenta Stephanie, que estudió psicología y llegó a ejercerla, pero cuando llegó el mundo de los sombreros su vida “dio un giro inesperado”.
“Un sombrero aporta seguridad, confianza y elegancia. Hay que llevarlo con actitud, con la misma actitud con la que me gusta encarar mis proyectos”, asegura sobre la marca que creó luego de un viaje a Galicia, donde visitó la casa de su abuela después de su fallecimiento.
“Mientras yo atravesaba ese duelo y leía sus cartas, un mañana me desperté y sentí que tenía una idea ya creada, una motivación: aprender a hacer sombreros y tener una marca que llevara su nombre” relata sobre la firma que rinde homenaje a su abuela, a quien le quedó como asignatura pendiente asistir a un curso de sombrerería.
Personalidad e inclusión
El principal diferencial de La Juanita Sombreros radica en que cada pieza es confeccionada 100% de manera artesanal. Cada sombrero es producido a medida, utilizando materiales nobles seleccionados con conciencia.
“Esto hace que cada sombrero sea único y exclusivo”, asegura Stephanie. La personalización es uno de los pilares de la marca, permitiendo a los clientes elegir detalles como el tamaño de ala, la forma de la copa, los accesorios y una amplia gama de colores.
Además, Ripa subraya la inclusión como un valor fundamental: “Es una marca pensada para que nadie se quede afuera de poder usar el sombrero ideal, abarcando todos los talles, desde niños hasta talles XXL”.
Detrás de los sombreros: experiencias para el público
Desde sus inicios, Stephanie sintió la necesidad de mostrar el trabajo que hay detrás de cada sombrero. “Humanizar la marca, darle lugar al trabajo artesanal y a este oficio lleno de magia siempre fue importante para mí”, comenta.
Compartir el proceso de confección despertó curiosidad en su público, lo que la llevó a ofrecer cursos de sombrerería, una iniciativa que no estaba en sus planes originales. Hoy, personas de distintas partes del mundo viajan para aprender este arte.
Con el tiempo, Ripa amplió su propuesta con las Hat Experiences, una combinación única de gastronomía, viñedos y el arte de hacer sombreros. Desde hace más de dos años, estas experiencias se llevan a cabo en la Bodega Salentein, Mendoza, atrayendo a visitantes internacionales.
Mirando al futuro, Stephanie planea llevar estas experiencias a eventos sociales, empresariales y corporativos en todo el país, con el objetivo de impulsar el uso del sombrero. “Queremos acercar cada vez más este arte y seguir transmitiendo la pasión que nos mueve”, concluye con entusiasmo.
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