El banco de España inauguró la exposición “La Tiranía del Cromos”, que además de una colección de los relojes históricos de la institución presenta los nuevos retratos de los Reyes. Felipe VI y Doña Letizia posaron para la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2013, y las imágenes se volvieron virales.
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Con una estética teatral y artística, los retratos esconden guiños y detalles que los fanáticos de la realeza no pasaron por alto. El vestuario de la monarca sin dudas fue de lo más comentado. Letizia llevó un vestido vintage del español Cristóbal Balenciaga que fue confeccionado en 1948 y actualmente pertenece a una colección privada de la Fundación Antoni de Montpalau.
Con la pieza, la reina reafirmó su compromiso con la moda española, su legado y la cultura. Acompañó con una gran capa roja que originalmente perteneció a la madre de Juan Carlos I, María del Carmen Ferrer-Cajigal de Robert, marquesa de Robert. También fue creada por Balenciaga para la boda de Juan Carlos y Sofía en 1962.
Otra elección estilística que esconde un gran significado es el de no llevar corona. Con esta decisión, la monarca se desligó de viejas tradiciones y formalismos para mostrarse como una reina moderna y accesible.
Complementó con aros históricos Chatones y collar del joyero real, que una vez pertenecieron a la reina Victoria Eugenia. El cabello, peinado con raya al costado y ligeras ondas, le dio un aire a diva de Hollywood.
El Rey, de Gran Etiqueta
El rey Felipe posó con una de sus vestimentas oficiales ya vista en otros retratos. Se trata del uniforme de gran etiqueta de Capitán General del Ejército de Tierra, un conjunto azul marino con botones dorados y el fajín rojo como jefe supremo de los Ejércitos.
Al traje se sumaron las condecoraciones: la insignia del Toisón de Oro con el vellocino, el collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, la banda de seda azul celeste de la misma orden, la Gran Cruz al Mérito Militar y la Gran Cruz al Mérito Naval.
Aunque las imágenes de Felipe y Letizia fueron tomadas por separado (como es tradición en los retratos que se suelen presentar en el Banco de España), la fotógrafa hizo una petición para mantener la armonía entre ambas imágenes: las fotos debían ser colocadas juntas para respetar la visión artística que Leibovitz tenía para el retrato.
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