Gisele Bündchen fue detenida por la policía mientras manejaba su camioneta en Miami, cerca de la casa donde momentos antes había dejado a su novio Joaquin Velente. Gisele le entrega algunos documentos al oficial y él regresa a su patrulla para chequear la información: una situación bastante común. Pero cuando el policía vuelve al auto y le extiende un papel, aparentemente una infracción de tránsito, la supermodelo se largó a llorar desconsolada: “Estaba tratando de alejarme de ese tipo. Me está acosando. Está ahi, en el auto gris”.
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Pero la respuesta del policía no fue la esperada por la supermodelo. Afirmó que no podía hacer nada con los fotógrafos, porque ellos también estaban haciendo su trabajo. Esto desencadenó el enojo y las lágrimas de Bündchen, que retrucó: “Estoy cansada. No tengo a donde ir. Tengo a estos malditos tipos detrás de mí. ¡Nada me protege! No puedo hacer nada. ¡Solo quiero vivir mi vida!”
“Entiendo quién eres. No hay nada que pueda hacer al respecto”, le dijo amablemente el oficial de tránsito, le preguntó si necesitaba algo más y si podía asistirla, pero la supermodelo negó necesitar ayuda mientras intentaba taparse la cara. Al final, la dejó en libertad con una advertencia y no le puso ninguna multa por exceso de velocidad.
¿Acosada o buena excusa?
Como era de esperarse, el video dividió las opiniones de los usuarios de X (antes Twitter). “Me siento triste por ella” y La plata no hace a la felicidad”, comentaron algunos. Otros, sin embargo, apuntaron contra el privilegio de los famosos. “Nunca saben cómo actuar, porque están acostumbrados a salirse siempre con la suya”, opinó un internauta.
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