Carola del Bianco vive alejada de las pasarelas y los flashes que la acompañaron durante su exitosa carrera como modelo, que comenzó a los 15 años y que alcanzó su auge en la década del 90, de la mano de Pancho Dotto. Ahora, a punto de cumplir 46, reparte sus días entre Punta del Este y Villa la Angostura, donde construyó una mansión soñada en la orilla del lago Nahuel Huapi, rodeada de naturaleza y a la que solo puede accederse por agua.
Al llegar a la gala especial que realizó a mediados de junio pasado la revista Para Ti en el Hotel Alvear para festejar sus 100 años, comentó: “Vivo en la playa, es una vida supertranquila, dedicada a mis cuatro hijos, me encanta”.
“Hace mucho ya no trabajo. Imaginate que hace más de un año que no me maquillaba ni me vestía así”, se sinceró Carola, que asistió al evento junto a sus hijas mayores, Maia y Elisa. No fueron sus otros dos hijos, Isabel y Francisco.
También estuvo acompañada por su pareja, Francisco “Paco” Mayorga, con quien está en pareja hace casi 30 años. A pesar de conocerse desde hace tres décadas, nunca pasaron por el altar, porque “ninguno de los dos tuvo el interés ni las ganas de organizar un casamiento”.
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“Es mi compañero de vida, lo conocí cuando era chica, y hoy ya soy madre de 45 años. Me acompañó a lo largo de toda la vida, cosas buenas, malas, crecimiento. Es un compañero. No hay algo que me haya enamorado de él puntualmente, es todo. Me apoyo en él y no voy a hablar mucho más porque no le gusta”, contó con una sonrisa.
Carola del Bianco: su mansión soñada en Villa la Angostura
Carola del Bianco nació el 28 de diciembre de 1976 en la localidad de Olivos. Pero según ella misma contó, había encontrado su nuevo “lugar en el mundo” en la mansión que tiene en Villa La Angostura. Donde había un terreno colmado de naturaleza, la pareja construyó en 1999 su casa en una bahía privada del lago Nahuel Huapi, rodeado de bosque y montañas.
Incluso llegó a vivir allí durante seis meses cuando sus hijos eran pequeños, pero reconoció que se fueron porque la casa está en “una zona muy apartada que solo tiene acceso por agua” y que “cruzar el el lago todos los días para ir al jardín no era muy práctico”.
“Los dos éramos muy jóvenes cuando empezamos con el proyecto de esta casa, que nos llevó bastante tiempo armar”, explicó Carola. A ese paraíso privado solo se puede acceder a través del lago, por lo que la privacidad es absoluta.
Algunas características de la mansión: tiene playa y muelle privado, ostenta un inmenso living con una gran chimenea en el centro, la suite principal tiene una vista espectacular al lago, cuenta con una enorme cocina vintage en la que Carola puede pasar horas y posee enormes ventanales para estar en contacto con la naturaleza.
En el último verano, recibieron una visita más que especial. Aprovechando que estaban de vacaciones en La Patagonia, Juliana Awada y Mauricio Macri aceptaron la invitación y fueron a almorzar y a pasar la tarde junto a Carola y a su pareja.
Carola del Bianco: surf, naturaleza y meditación
A fines de 2019, antes de que comenzara la pandemia de coronavirus, Carola del Bianco se mudó junto a su familia a Punta del Este “para ganar tranquilidad y calidad de vida”. Allí se enfocó en su vida “conectada con la naturaleza” y alejada de los flashes: aprovecha los días lindos para surfear y pasar el día con sus hijos en la playa. Si tiene que maquillarse, le tiene que “pedir prestado” a sus hijas, porque no tiene “ni máscara de pestañas”.
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“Cada mañana veo el pronóstico para ver si el clima está apto para surfear y, si el día acompaña, cuando salen del cole nos venimos al mar. Al principio empezaron ellos, y al tiempo me sumé yo también. Mi marido, que hizo surf toda la vida, cayó un día con una tabla y un traje de neoprene de regalo para mí… ¡y me tuve que animar!”, contó.
A pesar de no usar una gota de maquillaje, se mantiene espléndida a sus 46 años. ¿Su secreto? Una vida saludable, dieta y yoga. “Como sano para sentirme bien y porque me da más energía que la comida chatarra. Hago yoga y medito para relajar mi cuerpo y mi mente y volver a mi eje. Ahora sumé el surf y siempre que puedo salgo a caminar o voy a hacer los mandados en bicicleta”, explicó.