Desde su llegada a la República de Austria, Máxima de Holanda no hace más que dar cátedra de moda. Junto a su marido, asiste a todos los eventos oficiales a la vez que derrocha estilo y ahora mostró su versión más elegante: se vistió de gala con un vestido blanco para una cena en el palacio Belvedere de Viena.
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¿Los detalles? Más royal que nunca, eligió un vestido inmaculado firmado por Stella McCartney, con un solo hombro terminado en una manga larga de efecto balloon. El diseño, de silueta ajustada al cuerpo y largo hasta el piso, fue adornado con un majestuoso broche -uno de sus complementos favoritos- con diamantes y perlas.
Y aunque el vestido fue uno de los grandes protagonistas de la noche, los accesorios no se quedaron atrás: la reina se lució con una imponente tiara que perteneció a la gran duquesa Ana Pavlovna de Rusia, quien se casó con Guillermo II de Holanda. La pieza está formada por una hilera de diamantes rematada con siete perlas encima: lujo en su máximo esplendor.
Los detalles no terminan acá: para acompañar esta elegante apuesta, la monarca llevó un par de aros colgantes a juego con la tiara y brazaletes con pedrería. ¿El broche de oro? Un par de stilettos con plataformas dorados a juego con un clutch. El pelo recogido y los labios al rojo vivo coronaron el estilismo.
Máxima de Holanda se luce con looks monocromáticos en Austria
Además de su elegante apuesta de blanco, la reina argentina mostró otros looks más informales, pero dignos de la realeza. ¿El denominador común? El monocromo. Para su llegada a Austria, por ejemplo, eligió un vestido de la firma Natan en color rojo estridente, falda fluida a la rodilla y una capa. Una vez más, lo adornó con un broche.
Para completar el look monocromático, eligió un importante sombrero rojo de ala ancha, a juego con un par de guantes cortos, un sobre de formato rectangular y unos originales stilettos con sectores transparentes y terminación en punta.
Luego, para un día de visitas a distintas organizaciones y encuentros con autoridades de Austria, apostó por un vestuario azul claro: se puso un vestido de encaje floral semitransparente con un aplique voluminoso del mismo género en el cuello, a juego con un tocado.
Esta vez, completó el vestuario de color con un par de stilettos acharolados en un tono beige, con un adorno de un moño en la punta, y un sobre al tono.
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