El 11 de noviembre de cada año se celebra el Remembrance Day en todo el Reino Unido, a través de una serie de actos conmemorativos con protocolos reales distintivos por su minimalismo. El objetivo último consiste en rendir homenaje a los soldados caídos en la Primera Guerra Mundial y a todos aquellos que perecieron en servicio desde entonces.
Siguiendo los lineamientos tradicionales de esta fecha, la familia real británica se reunió por primera vez desde que comenzó el confinamiento obligatorio debido a la pandemia del Covid-19, mostrándose en señal de luto desde los balcones de la sede del Ministerio de Exteriores. La sobria ceremonia, nuevamente encabezada por la Reina Isabel II, adoptó todas las restricciones sanitarias necesarias para un evento de tal magnitud: se realizó sin público presencial y la asistencia de los referentes royal estuvo sumamente limitada.
Entre los presentes, el Príncipe William y Kate Middleton respetaron al máximo el código de estilo prescripto y se vistieron de negro con el detalle identitario en rojo. La idea del dress code total black es relevar el protagonismo absoluto a los caídos durante la Gran Guerra, sin que su recuerdo suponga una oportunidad de impacto mediático o declaración fashionista por parte de la realeza.
Fiel a su estilo y a las medidas protocolares, la Duquesa de Cambridge lució una elegante chaqueta negra de inspiración militar con hombreras y botones blancos firmada por Alexander McQueen, muy parecida a la que llevó el año pasado en señal de luto. Tal como lo dicta la tradición, añadió en la solapa del abrigo tres amapolas rojas en clave minimal, a juego con un sombrero negro, guantes y discretos accesorios de perlas.
Su estilismo combinaba a la perfección con los de otras mujeres de la corona, tales como la Duquesa de Cornwall y la mismísima Reina Isabel II, quienes también se inclinaron por las perlas como complementos. Sin desentonar en absoluto, Kate se inclinó por un sutil peinado recogido y un beauty look de lo más natural, tal como a ella más le gusta.
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Debido a las circunstancias actuales de crisis sanitaria, las duquesas no pudieron acompañar a la Reina en el balcón principal, dada su condición de paciente de riesgo. Ambas hicieron su aparición oficial desde otro balcón, siempre procurando mantener un adecuado distanciamiento social. La Condesa de Wessex y Timothe Laurence, esposo de la Princesa Ana, también dieron el presente durante la ceremonia, todos engamados en un solemne negro mandatario.
Todos los miembros de la familia real cantaron al unísono God Save The Queen antes de presenciar el emotivo homenaje dirigido por el Príncipe Carlos, Edward de Wessex y el Príncipe William, en el que colocaron una corona de flores al pie del monumento del Cenotafio.
Mientras que en el 2019 la vimos a Kate acompañada de su cuñada Meghan Markle, este año encontró un reemplazo en Camila Parker. La actriz continúa haciendo su vida junto a Harry en Estados Unidos, completamente ajena a sus responsabilidades y compromisos como royal británica.
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