Mendoza, conocida por los famosos vinos argentinos, coronó una vez más este año a la Reina de la vendimia, pero el tradicional concurso de belleza se vio envuelto en la polémica entre tradición y feminismo, un debate en el que tuvo que intervenir la justicia.
Por primera vez desde 1936 su participación a pleno se vio amenazada en esta edición, pues uno de los 18 departamentos, el de Guaymallén, había decidido en 2021 eliminar el concurso. El caso es tan sensible que llegó hasta la Corte Suprema provincial, que intervino a favor de la elección por considerar que la Fiesta de la Vendimia es “patrimonio cultural de la provincia” y puede mantenerse a la vez que se impida “la cosificación de la mujer”.
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Concursos de belleza: políticamente incorrecto
Según la tradición y en medio de los aplausos las ‘virreinas’ vestidas con capas rojas, cetro y corona desfilan en carros alegóricos por la ciudad hasta llegar al lugar donde por voto popular se realiza la elección de la reina. Ana Laura Verde, de 22 años y del municipio La Paz, fue la elegida de 2023.
Pero el concurso ha perdido sentido, incluso en opinión de una de sus exreinas.
“Los tiempos han cambiado, ya no es políticamente correcto. Si no cambia terminará desapareciendo”, dijo Sofía Haudet, una licenciada en Relaciones Públicas de 29 años que fue reina de la Vendimia en 2014 y hoy es integrante de Ni una Menos.
En la última década, bajo el impulso del vigoroso movimiento feminista de Argentina, más de 70 localidades eliminaron la elección de reinas en sus principales festividades, incluyendo a la del Agricultor y la de la Manzana.
En Guaymallén ya no es un concurso de belleza: eligió su reina “a ciegas”
“Es anacrónico, retrógrado y discriminador, pero vamos a cumplir el fallo de la Corte”, anunció en enero el alcalde de Guaymallén, Marcelino Iglesias. El departamento hizo entonces una inédita elección de “reina a ciegas” en la que se votó a las candidatas sin conocer su apariencia física o su edad, sino por una frase que representaba sus aspiraciones.
Natalia Mercery, de 35 años y madre de tres hijos que lleva el cabello en rastas coloridas hasta la cintura, fue la ganadora.
“Así en Guaymallén ya no es un concurso de belleza y la mujer deja de ser criticada y juzgada por su figura sino más bien considerada por sus aspectos positivos y su conocimiento”, declaró Mercery.
Por Maximiliano Ríos, con Sonia Ávalos/AFP
