Con la asistencia de representantes de empresas de veinte países, el Gobierno relanzó esta mañana la Red de Expresos Regionales (RER), la megaobra que busca interconectar los trenes del área metropolitana, mejorar las frecuencias y triplicar la cantidad de pasajeros que usan el ferrocarril en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.
La primera etapa del proyecto, que a su vez se dividirá en tres instancias, requerirá una inversión de 2300 millones de dólares. El Poder Ejecutivo espera que las obras comiencen en enero de 2019 y que los privados realicen los desembolsos a través del sistema de Participación Público Privada (PPP).
El proyecto RER se propone conectar los 800 kilómetros de vías disponibles en el área metropolitana con 20 kilómetros que cruzarán la Capital Federal a través de túneles. El anhelo es que unas 5,5 millones de personas usen cada día los ferrocarriles. En la actualidad, apenas 1,1 millón se sube a los trenes. Representan el 6 por ciento de los viajes del área metropolitana.
Para eso, el Ejecutivo promete que ampliará recorridos, electrificará los ramales que todavía funcionan con máquinas diésel y, sobre todo, mejorará las frecuencias. Según Germán Bussi, secretario de Planificación de Transporte e ideólogo del RER, el sistema requiere que pasen trenes con una frecuencia de entre 3 y 5 minutos en hora pico y vayan unos 15 o 20 kilómetros por hora más rápido que en la actualidad.
Según el proyecto, los trenes ampliarán su recorrido, además de estar interconectados. El Roca, por ejemplo, tendrá servicios que conectarán La Plata con Núñez sin efectuar combinaciones.
Las obras
La Red de Expresos Regionales se licitará bajo el sistema PPP en tres etapas y, según lo planificado, estará finalizada para 2023, aunque algunos funcionarios estiran la previsión hasta 2026.
La primera obra comenzará su proceso de licitación este viernes, cuando el Ministerio de Transporte publique un primer boceto de los pliegos. Es la que consiste en conectar con túneles las estaciones de Constitución y Retiro y crear una gran Estación Central debajo del Obelisco, en la que combinen los subtes A, B, C y D y los trenes Sarmiento y Belgrano, que extenderán sus recorridos.
En primera instancia, el Gobierno buscará licitar la Estación Central Roca y los cuatro túneles que deben conectar el corredor sur con el norte, a través de 11 kilómetros. Esa licitación se presentará el 19 de abril, la apertura de sobres sería en agosto y las obras comenzarían en enero, de acuerdo con el Ministerio de Transporte.
La Estación Central estará ubicada a 27 metros de profundidad, debajo de la 9 de Julio, y tendrá dos andenes centrales, 5 halles y veinte bocas de acceso. En la superficie habrá playones que servirán como una estación de combis.
Los túneles pasarán por debajo de la red de subtes y no deberían afectar el tránsito durante el período de obra, indicaron los funcionarios.
La inversión proyectada en esta instancia es de 1000 millones de dólares. La obra y su financiamiento, al realizarse con el sistema PPP, correrán por cuenta del consorcio de empresas privadas que gane el proyecto. El Estado repagará el trabajo luego de dos años de plazo y a lo largo de una década y pagará aparte un canon por la concesión y el mantenimiento, dijo la secretaria de Obras de Transporte, Manuela López Menéndez.
Esta parte de la obra es la más ambiciosa y su ejecución demorará unos 50 meses. Conectará a los usuarios de las líneas Roca, San Martín y Mitre, donde se concentra más del 50 por ciento de los pasajeros.
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En ese tiempo, el Gobierno licitará y pondrá en ejecución dos instancias adicionales de la primera etapa del RER: la estación subterránea de Constitución, que requerirá otros u$s 300 millones, y un intercambiador subterráneo en Retiro, que llevará otros 1000 millones de dólares.
Quedarán para más adelante otras dos etapas: una para unir el tren Sarmiento con el Mitre y otra para unir el Belgrano Sur con el Belgrano norte, todo a través de túneles. Sin bien aquí no hay números finos, se estima una inversión de 1000 millones de dólares adicionales para cada tramo.
El proyecto también supone la incorporación de trenes nuevos. El Gobierno puso en marcha a fines del año pasado procesos para comprar 1500 coches eléctricos, que llegarán al país a partir de 2020. El 20 por ciento de sus componentes serán de origen nacional.
En total, el Estado destinaría unos 4300 millones de dólares a esta serie de obras destinadas a mejorar la conectividad de los trenes.
El relanzamiento del RER llega luego de que el Gobierno diera de baja un proceso licitatorio que había en curso y que no había despertado interés de los potenciales inversores. Ahora buscará financiar la obra con el sistema PPP.
Presentación a inversores
La presentación, en el Centro Cultural Kirchner, fue a salón repleto. Había representantes de unas 300 empresas chinas, italianas, francesas, británicas y estadounideneses, además de las argentinas. Ellos escucharon a uno de los coordinadores de Jefatura de Gabinete, Gustavo Lopetegui, y a los ministros de Finanzas y Transporte, Luis Caputo y Guillermo Dietrich, entre otros funcionarios.
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"Lanzarse a un proyecto como este requiere una gran dosis de optimismo, de esperanza, de confianza en el progreso", arengó Lopetegui. El funcionario justificó la envergadura de la obra: "En una gran ciudad, el transporte por tren es la vía más eficiente, por mucho. El costo marginal de pasajero por kilómetro en tren es 85% más barato que en autobús", dijo.
"Necesitamos construir 44 kilómetros de vías para conectar los 800 kilómetros de vías que tenemos, veinte kilómetros de vías subterráneas y ocho nuevas estaciones", dijo Lopetegui. El objetivo es "mejorar la calidad de vida de todos", ya que se acortarán los tiempos de viajes y se fomentará el uso del ferrocarril en detrimento del transporte automotor, sobre todo para recorrer grandes distancias desde el Conurbano hacia la Capital.
A su turno, Dietrich, sostuvo: "Esto tiene impacto en 10 millones de personas que van a reducir sus tiempos de viaje y eso generará un ahorro de 1500 millones de dólares. Los viajes de tres horas se convierten en viajes de una hora y media".
Luis Caputo, remarcó que el esquema PPP buscará equilibrar los costos para el Estado con un paquete que "resulte atractivo para los inversores".
En la Participación Público Privada, el empresario entrega la obra "llave en mano" y se hace cargo del financiamiento íntegro y de cualquier eventualidad que surja durante el proceso. El riesgo es mayor. Y eso, advirtieron los constructores que piensan participar del otro gran PPP que lleva adelante el Gobierno -la red de rutas y autopistas- encarece demasiado los costos.
El Estado pagará las obras con fondos de afectación específica provenientes del impuesto al Gasoil. Según los cálculos oficiales, esa carga generará este año 30.000 millones de pesos. Una parte de ese dinero irá a pagar las nuevas rutas y autopistas y la otra a financiar la interconexión de trenes metropolitanos.