El cese de actividades y la pérdida de empleos provocados por el coronavirus agudizaron la compleja situación económica de la Argentina. La mayoría de los rubros no esenciales que tenían empleados informales les avisaron que no volvieran a sus lugares de trabajo, discontinuaron sus horas o las redujeron. En este nuevo contexto laboral, el segmento más perjudicado es el de los jóvenes, con menor formación académica y escasa experiencia.
El especialista en empleo y desarrollo productivo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Argentina Christoph Ernst le describió a TN.com.ar cómo es el panorama laboral de los jóvenes en el país. "La situación del desempleo juvenil es una de las mayores preocupaciones en el mercado argentino. Es tres veces mayor que el promedio general de la sociedad económicamente activa y de las más graves a nivel mundial", advierte.
"Los jóvenes son los últimos que entran y los primeros que salen del mercado del trabajo", planteó el economista alemán en diálogo con este medio. Ernst sostiene que "son los más perjudicados por el coronavirus porque configuran el colectivo que se encuentran más en el empleo informal y precario".
"Si los jóvenes trabajan lo hacen principalmente en el turismo, la construcción y el comercio. Incluso las mujeres están más expuestas. Hay deserción escolar, no tienen ahorros para vivir, pueden caer en la pobreza y la economía hace tiempo no genera nuevos puestos para aquellos que quieren ingresar al mercado laboral", afirma el especialista de la oficina local de la OIT a TN.com.ar.
La OIT en su último informe "COVID-19 y el mundo del trabajo" detalla que "uno de cada seis jóvenes en el mundo perdió su empleo desde el comienzo de la pandemia y los que siguen ocupados vieron reducir sus horas de trabajo en un 23%. Es una tendencia mundial que tendrá sus efectos por al menos una década. La pandemia tiene un triple impacto en los jóvenes ya que, además de destruir sus trabajos, impacta su educación y formación y llena de obstáculos el camino de los que buscan entrar al mercado de trabajo o cambiar de empleo". El mismo organismo estima que la crisis provocada por el COVID-19 tendrá un fuerte impacto en el mercado del trabajo en nuestro país, que ya venía golpeado por una profunda recesión. "La economía se encuentra detenida, hay una gran deuda pública y la renegociación con los acreedores externos está interrumpida", sostienen en el mismo documento.
Hace un año, dos de cada diez jóvenes estaban desempleados (25,3%), según datos del INDEC, cifras que duplican a la población adulta en general. Esa brecha viene ampliándose desde 2004. Además seis de cada diez lo hacen de forma precaria. Con esos números, la Argentina es uno de los países con mayor desempleo juvenil de la región, solo superado por Brasil (27,4%) y Uruguay (27,1%) como señala la base de datos del Banco Mundial a partir de estadísticas de la OIT.
Este medio intentó comunicarse con el ministerio de Trabajo de la Nación para conocer en profundidad estimaciones del impacto de la pandemia en el acceso de los jóvenes al mercado laboral, pero al cierre de esta nota no tuvo respuesta. Desde la cartera conducida por Claudio Moroni tienen programas dirigidos a este sector: "Jóvenes con más y mejor trabajo" que ofrece capacitaciones y orientación laboral para hombres y mujeres de entre 18 y 24 años y "Formar", que es un evento en todo el país con especialistas de recursos humanos, pero que se encuentra cancelado por la pandemia. Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sostiene que entre el 15 de marzo y el 15 de abril, los despidos, las suspensiones y las bajas salariales perjudicaron a 309.672 trabajadores; pese a las políticas del gobierno de proteger los empleos prohibiendo las cesantías. Finalmente, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina sostiene que casi la mitad de los trabajadores del AMBA está sin actividad, el 8,2% de los trabajadores perdió su empleo y 39,3% está suspendido o debió dejar de trabajar, por fuera de los licenciados por ser grupo de riesgo que representan el 4,2%.
La OIT y el temor a una "generación perdida" en el mundo
El jefe de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, habló en la presentación del informe del temor a que haya “una generación perdida” que quede marginada permanentemente de los mercados laborales. Además, advirtió que “muchos jóvenes van a quedarse atrás” cuando el mundo se recupere de la pandemia.
La OIT puntualiza que en 2019 la tasa mundial de desempleo juvenil alcanzaba un 13,6% y era más alta que la de cualquier otro grupo. Había 267 millones de jóvenes en el mundo que no trabajaban ni recibían educación o formación profesional. Además, aquellos que estaban empleados, cumplían funciones mal remuneradas, se desempeñaban en el sector informal o eran trabajadores migrantes.
El director general de la OIT aseguró que si no se aplican iniciativas significativas dirigidas a este sector de la población, el legado del coronavirus afectará durante décadas a toda la población. “Si su talento y energía son marginados, esto ocasionará un daño al futuro de todos nosotros y hará mucho más difícil la reconstrucción de una mejor economía posCOVID”, advirtió Ryder.