La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam) llevó este jueves al Senado un fuerte cuestionamiento a la reforma laboral impulsada por el presidente Javier Milei y al funcionamiento del sistema de negociación salarial. Advirtió que el proyecto en debate no corrige distorsiones que, según sostiene, afectan a las pymes, encarecen el empleo formal y terminan impactando en los precios al consumidor.
“La nueva reforma laboral, si no incluye parámetros que deje de trasladar preocupaciones a las pymes y deje de quitar recursos a los trabajadores, va a seguir fracasando”, alertó Armando Farina, vicepresidente de Cadam frente al plenario de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda del Senado.
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Además, planteó que las paritarias se convirtieron en un mecanismo que incorpora costos ajenos al salario, sin control ni representación efectiva de muchas empresas del sector. En ese marco, reclamó una reforma que proteja tanto a los trabajadores como a las pequeñas y medianas firmas.
Críticas al actual esquema de paritarias
En la Cámara Alta, Farina fue el encargado de exponer la posición del sector. “Las paritarias son una mesa de amigos”, afirmó ante los senadores, al cuestionar la dinámica de los acuerdos salariales. Según explicó, se firman convenios con cámaras empresarias que luego resultan beneficiarias directas de los aportes incluidos en esos mismos acuerdos.
Farina sostuvo que la ausencia del secretario de Trabajo, Julio Cordero, fue una señal negativa para el debate. “Nos hubiera gustado que esté para que explique por qué en las últimas paritarias se firmaron cosas que acuerdan una mesa de amigos con gente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)”, dijo ante el Senado. También advirtió que esos costos “se trasladan a precios”, lo que termina erosionando el poder de compra de los salarios.

Uno de los principales cuestionamientos apuntó a los llamados costos “ocultos en paritarias”. El ejemplo central es el aporte obligatorio al Instituto Argentino de Capacitación Profesional (Inacap), equivalente al 0,5% del salario de la categoría Maestranza A por cada trabajador. Desde Cadam señalaron que ese fondo se redistribuye entre entidades que participan de la negociación salarial, lo que genera un esquema de recaudación automática con cada aumento. “Con cada aumento paritario, se autobenefican con mayor recaudación, porque son precisamente los que participan de la mesa paritaria”.
Recordaron que el Decreto 149/2025, impulsado por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, estableció que los convenios colectivos no pueden imponer aportes a cámaras empresarias a empleadores no asociados. Sin embargo, explicaron que una medida cautelar presentada por el Inacap permitió que el aporte siga vigente, bajo el argumento de que se trata de un instituto independiente. En ese proceso judicial, se informó que el organismo recauda más de $30.000 millones al año.
Los mayoristas también cuestionaron otros cargos que se incrementan con las paritarias. Entre ellos, el seguro complementario de retiro obligatorio La Estrella, que desde junio de 2025 representa el 1,6% del salario del trabajador. A eso sumaron la contribución solidaria por COVID-19 a la obra social Osecac, creada en 2021 y que continúa cobrándose incluso a empleados no afiliados, pese a que la emergencia sanitaria ya no rige.
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Qué reclama el sector mayorista
Con ese diagnóstico, Cadam pidió modificaciones concretas al proyecto de reforma laboral:
- Volver a un sistema de actualización basado en tasas bancarias.
- Eliminar las cuotas solidarias y aportes similares.
- Establecer que todas las contribuciones patronales especiales sean voluntarias.
- Quitar al empleador el rol de agente de retención de aportes sindicales.
“Basta de esconderse detrás de un recibo de sueldo o un ticket de venta”, plantearon, y sugirieron que esos montos pasen a integrar directamente el salario del trabajador.


