El acceso a la jubilación de calidad es una preocupación para buena parte de los trabajadores. Sin embargo, los años de sucesivas crisis económicas muchas veces hacen que se termine postergando el ahorro para esa etapa de la vida. Así, la mayoría de los trabajadores terminan su vida laboral con los haberes del sistema de reparto como único ingreso. Algunos, por no haber podido aportar, no llegan ni siquiera eso.
Según datos de la Anses, a fines de 2024 más del 37% de los jubilados y pensionados del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) cobraban el haber mínimo (que en junio llegará a $304.723,93) o menos. El bajo ingreso es el principal reclamo de las marchas que los jubilados hacen frente al Congreso todos los miércoles.
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Del lado del Gobierno, en tanto, argumentan que hubo una recuperación de los haberes en dólares. Con todo, los datos fiscales muestran que las jubilaciones y pensiones representaron en abril casi el 40% del gasto público.

Por eso, no son pocas las voces del sector público y privado que piden por una reforma del sistema previsional. De hecho, hay más de una decena de proyectos en el Congreso con dictamen para su tratamiento en Diputados.
Desde Cippec proponen una reforma integral que asegure un ingreso mínimo y elimine la obligatoriedad de los 30 años de aportes, un objetivo al que solamente llega un cuarto de la población.
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“Uno de los grandes problemas del actual sistema de jubilaciones y pensiones es su costo alto: en 2024, el gasto previsional representó el 8,8% del PBI y está previsto que este año aumente a 9,4% (similar al de países con el doble de personas mayores sobre población activa). Además, tiene muchas inequidades: existen más de 200 regímenes de excepción que representan un 55% del gasto consolidado del sector”, señalaron en esa organización.
Un problema global
Jacqueline Maubré, directora de Pension & benefit de Criteria, explicó que la crisis de los esquemas jubilatorios tradicionales es un problema global y que se relaciona a la baja de la natalidad combinada con el aumento en la expectativa de vida. Así, cada vez hay menos aportantes a un sistema de reparto que tiene que sostener a más personas.
Ante esta situación, la previsión es una aliada y lo ideal es convertir el ahorro -por mínimo que sea- en una conducta a lo largo de la vida laboral. En el sector formal de la economía, las empresas pueden actuar como un facilitador de ese hábito, mediante planes de retiro en los que aporta una parte el trabajador y otra la compañía.
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“Los empleados ya no solo esperan un salario competitivo, sino acompañamiento concreto en su bienestar financiero de largo plazo", afirmó Maubré. En esa línea, detalló que el 56% de los trabajadores locales tienen alguna expectativa con respecto a un apoyo para el retiro o la jubilación, pero indicó que solamente un 21% percibe algún beneficio de ese estilo.
En ese contexto, la especialista propuso que las empresas se conviertan en aliados financieros de sus empleados y les ofrezcan planes de ahorro personalizados junto con estrategias de educación financiera. La idea es que el aporte se pueda invertir en fondos comunes de inversión de largo plazo y bajo riesgo para hacer crecer la suma que el trabajador tendrá para complementar su jubilación tradicional.

“Es un mito que destinando una pequeña parte del sueldo mensualmente no se puede llegar a una buena suma al momento de la jubilación. Es el hábito y la inversión de ese monto lo que multiplica el aporte”, afirmó Maubré.
Además, destacó que este tipo de iniciativas permiten atraer y retener talentos para reducir la rotación de personal. En ese sentido, destacó que cada compañía puede elegir las reglas de esos planes de retiro. Por ejemplo, la empresa puede decidir que el empleado tenga acceso a la parte del fondo que aportó el empleador a partir del quinto año de la relación laboral para generar un incentivo a permanecer en la firma.
Seguros de retiro
Una de las alternativas que está disponible en la Argentina para completar la jubilación pública es la del seguro de retiro. A diferencia del fondo de inversión, la cuota se paga (en pesos o dólares) a una aseguradora que luego busca hacer crecer el ahorro a lo largo del tiempo en función de cierto objetivo de tasa.
Además de complementar la jubilación, son una herramienta de ahorro a largo plazo que se puede usar con otros objetivos, como pagar un viaje o comprar algún bien.
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“Un seguro de retiro consiste en un ahorro sistemático en general de largo plazo, que es administrado por profesionales de una compañía de seguros, que buscan darle un mayor rendimiento a ese capital administrado que el que podría obtener un particular. A su vez, garantiza un piso de rendimiento”, explicó Irene Capusselli, pesidente de la Asociación Civil de Aseguradores de Vida y Retiro (AVIRA).

Los seguros de retiro se pueden contratar en forma individual, aunque también hay compañías que lo incluyen en su paquete de beneficios.
“Los seguros de retiro corporativos son una excelente herramienta de recursos humanos, muy valorada por las empresas. Pueden combinarse aportes de la empresa y del empleado. Al ser una herramienta muy flexible, permiten modificar su diseño en función a las necesidades del cliente", indicó Capusselli.
Aunque los seguros de retiro tienen algunos incentivos fiscales como la deducción de la prima del Impuesto a las Ganancias (en el caso de los que se contratan de forma individual), hoy solamente hay 1,6 millón de asegurados. Con todo, las 16 compañías de retiro de la Argentina manejaban a fines de 2024 una cartera de $2,5 billones, un 17% del total de las inversiones del mercado asegurador.