El Banco Mundial (BM) pronosticó que la Argentina será el país latinoamericano que más crecerá durante 2025, con un incremento del 5,5% en su Producto Bruto Interno (PBI). No obstante, en un contexto de creciente incertidumbre global, América Latina y el Caribe se consolidan como la región de menor crecimiento económico del planeta.
Así lo señala el nuevo informe del Banco Mundial, que prevé una expansión regional de apenas 2,1% en 2025 y de 2,4% en 2026. Entre los factores que frenan el desarrollo se destacan la baja inversión, un endeudamiento elevado y un entorno internacional cada vez más complejo, con tensiones comerciales y restricciones al financiamiento.
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Pese al tono sombrío del reporte, la Argentina aparece como una excepción. Tras dos años consecutivos de contracción (-1,6% en 2023 y -1,8% en 2024), el Banco Mundial estima un crecimiento del 5,5% para 2025, impulsado por la normalización macroeconómica. La cifra representa una mejora notable frente a la previsión anterior, que era de 4,2%, según el informe publicado en octubre del año pasado.
Esta cifra se encuentra en sintonía con la estimada días atrás por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que también prevé el mismo aumento en el PBI del país para este año.
El crecimiento previsto para la Argentina se apoyará principalmente en el sector externo, dado que el consumo interno continúa rezagado por la pérdida del poder adquisitivo y la cautela del mercado laboral.

Por su parte, el panorama regional es desafiante: el ratio de deuda sobre PBI se ubica en 63,3% (frente al 59,4% de 2019), y los déficits fiscales continúan elevados, presionados por altos pagos de intereses.
Además, la persistente inflación en los países desarrollados complica el margen de maniobra monetario en la región, mientras que las crecientes barreras comerciales amenazan el proyecto de relocalización de industrias y restringen el acceso a los mercados globales.
“La región enfrenta vientos en contra significativos y necesita impulsar reformas audaces para aumentar la productividad, mejorar la infraestructura y crear empleos de calidad”, advirtió Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del organismo para América Latina y el Caribe.
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“Si bien se ajustaron al alza las proyecciones para Colombia (de 2,1% a 2,4%) y Perú (de 2,6% a 2,9%), hubo recortes en las estimaciones para México (que pasaría de crecer 1,5% a quedar estancado en 0%) y para Chile (de 2,5% a 2,1%)”, señaló el directivo.
En ese marco, el informe destaca la necesidad de diversificar los destinos de exportación, ampliar la oferta de servicios y avanzar en reformas estructurales postergadas: educación, infraestructura, innovación y reglas de competencia. “El comercio y la inversión extranjera directa siguen siendo claves, pero requieren un entorno más ágil y competitivo”, afirmó William Maloney, economista jefe del organismo.
Por otra parte, el Banco Mundial advierte que si bien la pobreza monetaria bajó levemente (de 25% en 2023 a 24,4% en 2024), la desigualdad se mantiene alta, con un coeficiente de Gini del 49,9%. El organismo sugiere que los nuevos desafíos —como la adopción de inteligencia artificial y la transición energética— implican riesgos, pero también oportunidades si los países logran adaptar su fuerza laboral y su estructura productiva.