El Gobierno está presionando para que los gremios acuerden paritarias que no superen el 1% mensual. La orden que el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, le bajó al secretario de Trabajo, Julio Cordero, es clara: hay que mantener las paritarias planchadas para ayudar a que la inflación baje rápidamente.
En el Palacio de Hacienda saben que, si el objetivo es una inflación del 1% mensual, no se pueden homologar aumentos del 2% o 3% porque esos ajustes se trasladan al consumo y terminan en precios. Cordero es consciente de que si los sindicatos acuerdan subas mayores al 1%, las empresas terminan trasladando esos costos laborales a los precios de los bienes y servicios.
Leé también: Las consultoras mejoran sus proyecciones para 2025: creen que el IPC será de 35,6% y el dólar estará en $1403
Por ejemplo, Camioneros empezó pidiendo un 15% para tres meses, pero luego bajó su demanda al 8%. El problema es que las empresas de transporte no están dispuestas a absorber esos incrementos (más un bono) y, de aceptarlos, los trasladarían a las tarifas. Algo parecido ocurre con el gremio Sanidad, que pide una paritaria superior al 3% mensual. De avanzar, ese aumento paritario se trasladaría automáticamente a los valores de las cuotas de las prepagas.
Es por eso que la conversación que está desarrollando en estos días Cordero con distintos gremios y cámaras empresarias va en línea con que las paritarias sean lo más bajas posible: 1% e inclusive menos, y que se cierren en ese valor como paritarias de la actividad.
Leé también: Amplían el Presupuesto para el pago de deuda, sueldos y letras al Banco Central
En un segundo plazo, cada gremio podría negociar sus paritarias con empresas particulares, teniendo en cuenta que hay algunas compañías que tienen mayor capacidad económica que otras: no es lo mismo una empresa grande que una pyme de un pueblo que desarrolla una actividad que aún no se pudo recuperar.
En definitiva, la estrategia del Gobierno pasa por apostar a un cambio cultural: primero llevar a las empresas a cerrar con los gremios paritarias por actividad en un rango porcentual mínimo para luego permitir que los sindicatos, detectando cuáles son las empresas que pueden pagar aumentos mayores, cierren acuerdos particulares por compañía.
Leé también: Javier Milei confió que habrá acuerdo con el FMI en 2025 y adelantó que la Argentina volverá a emitir deuda
Hasta ahora lo que ocurría (y lo que pretendían los gremios) era cerrar porcentajes altos de aumento por actividad y, si la empresa no podía pagarlo, reducir ese porcentaje en convenios particulares. Esa situación, entienden en el Gobierno, deja mal parados a trabajadores y empresarios.
“Los salarios le ganan a la inflación y en una economía estable las paritarias tienen que considerar los mínimos”, justificaron desde el área de trabajo. Por eso, desde el Ejecutivo sostienen que el esquema para acordar nuevas subas salariales funcionará como ancla para seguir desacelerando el nivel de inflación.