Luego de conseguir la aprobación de su primera ley, el presidente Javier Milei se apuró el viernes para anunciar comienza una nueva fase de gestión, que estará concentrada en el programa monetario. También volvió a rechazar una devaluación abrupta. Fue tras semanas en que las cotizaciones del dólar blue y los financieros escalaron y bajaron las acciones argentinas en Wall Street y los bonos de la deuda.
Horas más tarde, el equipo económico que lidera Luis Caputo, junto al titular del Banco Central, Santiago Bausili, dio algunas pistas sobre qué implican los cambios. Fueron explicaciones técnicas sobre la decisión de acelerar la baja de la deuda del BCRA con el objetivo de cerrar la segunda fuente de emisión de pesos. La primera, el déficit cero seguirá “innegociable”, es decir que el ajuste se mantendrá, tal vez con una mejor “calidad” como reclama el FMI.
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Esta segunda etapa del plan, aseguran en el Gobierno, no tiene plazos y busca consolidar la estabilización macro en un proceso que, insisten, decantará en el levantamiento del cepo cambiario y, luego, en crecimiento.
Los mercados empezaron a dudar en las últimas semanas y eso se vio en las subas de los dólares paralelos. También en las bajas que golpearon durante junio a las acciones y a lo bonos de la deuda. Ven señales de retraso cambiario y falta de ingreso de dólares -tanto “genuinos” por exportaciones del campo como de los organismos internacionales - en momentos en que enfrenta un desafiante cronograma de vencimientos de deuda para los próximos 18 meses.
Según la consultora GMA Capital, solo en julio, el Tesoro deberá enfrentar pagos por US$2560 millones en bonos de la deuda. Economía logró con la licitación de esta semana, asegurar el pago de los cupones que se efectivizan el 9 de julio. En tanto, al FMI se debe pagar un vencimiento por unos US$ 800 millones, que se cumplirá con el reciente desembolso del organismo.
Hasta diciembre, en tanto las deudas ascienden a US$9000 millones, mientras en todo 2025 los desafíos superan los US$18.000 millones. Por eso, los analistas insisten en la necesidad de salir del cepo para volver al conseguir financiamiento internacional.
“El mercado ya no ve riesgos de falta de voluntad de pago de Argentina, pero, observando las obligaciones en moneda dura, teme que la permanencia de las restricciones cambiarias sea señal de menor capacidad para hacer frente a las obligaciones de corto plazo. Así, la mirada del inversor ahora exige una explicación sobre el camino a recorrer en materia cambiaria y monetaria durante el segundo semestre. Estos fantasmas serían los que acechan a los inversores más allá del ruido político”, sostuvo el reporte de GMA Capital.
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Según lo que explicaron Caputo y Bausili, la “segunda etapa del plan de estabilización consiste esencialmente en ir a emisión no voy a decir cero, sino a cerrar la segunda canilla de emisión”.
“Tenemos tres canillas. Una es el déficit fiscal. La segunda son los intereses que el Banco Central paga por pasivos remunerados. Y la tercera es la compra de dólares del Central, la única emisión que no es dañina. Para la gente esto implica la profundización de lo que venimos haciendo con déficit cero y emisión cero. Al estar fija la cantidad de pesos, la relación con el dólar será muy fuerte y contribuirá a la desinflación”, recalcó Caputo.
Sin dar fechas, el ministro insistió: “Queremos dar mayor certidumbre y mayor solidez aún al programa, para que de alguna manera deje de haber ansiedad con respecto a cuándo va a ser la salida del cepo cambiario. Algunos dirán que nos estamos enamorando del cepo, pero no, nos enamoramos del orden macroeconómico, de no generarle problemas a los argentinos”.
Caputo fue tajante “no nos hemos fijado una fecha, nos hemos fijado parámetros para no generar sobresaltos en la gente”, aseveró Caputo. Por su parte, el Presidente del Banco Central, Santiago Bausili, detalló que el lunes convocarán a los bancos para comenzar el proceso de traspaso de los pasivos remunerados al Tesoro mediante una letra de
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Tanto Milei como Caputo insistieron el viernes en que no hay proyecto de devaluación. Qué el tipo de cambio no está atrasado, que el FMI no reclamó un nuevo salto cambiario y que el éxito de la fase dos del plan -déficit cero y emisión cero- permitirá levantar el cepo cuando “las condiciones estén dadas”, como reiteró el ministro de Economía.
Por eso, Caputo ratificó la política cambiaria: mantener el ritmo de devaluación del dólar mayorista en 2% mensual, la continuidad del dólar blend -el tipo de cambio diferencial para exportadores-, y al menos por julio el impuesto PAIS en 17,5% sobre las importaciones.
“Es un impuesto provisorio y lo vamos a bajar. Será cuando se implemente la Ley, entre agosto y septiembre”, planteó Caputo.