El Gobierno de Javier Milei quiere avanzar con la apertura del cepo, pero sin apurarse. Tanto el Presidente como su ministro de Economía, Luis Caputo, dijeron esta semana que todavía no es posible hacerlo. Mientras tanto, monitorean los indicadores económicos y van flexibilizando algunas restricciones.
La experiencia del levantamiento del cepo que realizó Mauricio Macri, a finales de 2015, está fresca y la gestión actual no quiere cometer el error de liberar demasiado rápido el mercado cambiario. En ese contexto, GMA Capital elaboró una comparación entre la situación al inicio del gobierno de Cambiemos y la actual.
Leé también: Por la alta inflación, la cantidad de billetes de $2000 creció más del 80% en lo que va del año
“Aunque comparado con la herencia actual, la salud de las cuentas del Estado que recibió Macri era relativamente mejor, no había margen para el error. Ordenar la macroeconomía tenía un alto nivel de dificultad”, recordó la compañía en un informe.
- Por el lado de la brecha cambiaria, la situación es mejor ahora, con una distancia entre el tipo de cambio oficial y los paralelos que ronda el 20% en lugar del 56% de 2015.
- El resultado financiero del año anterior fue deficitario en los dos casos, pero en 2014 había sido de 6 puntos del PBI y en 2023, de 5.
- Las reservas netas eran positivas en 2015 y sumaban US$1500 millones. Hoy, son negativas por unos US$3500 millones.
- El riesgo país también se deterioró: pasó de 480 puntos en 2015 a 1300 unidades este año.
- Finalmente, el rojo comercial del año previo también se profundizó. Era de US$3421 millones en 2014 y alcanzó los US$6928 en 2023.
“En noviembre del 2015 las personas físicas podían comprar hasta US$2000 mensuales (una inmensidad si se lo compara con los US$200 actuales). Las empresas no podían realizar giros de utilidades al exterior y, según las autoridades, la deuda de importadores alcanzaba los US$5000 millones”, recordó GMA Capital, y agregó que los futuros de dólar vendidos por el Banco Central sumaban US$17.000 millones, lo que incorporaba la expectativa de una inevitable devaluación con la consiguiente emisión monetaria extra para pagar esos contratos.
Los cálculos oficiales -rememoró GMA-, indicaban que se necesitaban US$10.000 millones para levantar el cepo en 2015. Esos fondos se consiguieron vía emisión de deuda y préstamos. Hoy, el Gobierno habla de US$15.000 millones para deshacer la normativa cambiaria y se especula con que pueda recurrir al FMI.
El ancla fiscal y el dilema del impuesto PAIS
El reporte de GMA indicó que, al inicio del mandato de Macri “el entusiasmo por abrir el cepo provocó que se tomaran medidas que a mediano plazo serían perjudiciales en el ámbito fiscal”. Entre ellas, mencionó la eliminación de las retenciones y todos los impuestos ligados al dólar, que representaron una gran pérdida en la recaudación.
“Confiados en que la demanda agregada aumentaría y compensaría el déficit, el gasto fue reducido en cuentagotas. Ante esto, los inversores que en un principio pagaron por ver las reformas en el país, comenzaron a desconfiar de la capacidad de pago y retiraron sus divisas”, apuntaron los analistas, y aseguraron que esa desconfianza se tradujo en el retorno del endeudamiento con el FMI y la restitución del cepo en 2019.
“Gran parte del equipo económico que logró la eliminación del cepo hoy se encuentra repartido entre el Mecon y BCRA. A diferencia de aquel entonces, el Presidente remarca la necesidad de llegar al equilibrio financiero lo antes posible”, afirmó GMA, y consideró que “tiene sentido que el Gobierno se maneje con prudencia, poniendo como prioridad la salud de las cuentas del estado”.
Leé también: En el arranque de abril, los precios de los alimentos tuvieron el menor aumento en nueve meses
En esa línea, desde Consultatio explicaron que los datos de recaudación de marzo muestran los límite que enfrenta el Gobierno para levantar las restricciones cambiarias. El mes pasado el impuesto PAIS -que está asociado directamente al cepo porque es un recargo en el precio del dólar- explicó el 9% de la recaudación total y el 13% de los recursos percibidos por el Tesoro Nacional y la seguridad social, ya que este tributo no se coparticipa. La casa de Bolsa explicó que ese valor está muy por encima del promedio de 5% que se vio en 2023.
Y concluyeron que un levantamiento del cepo en este momento sería contrario al plan de llegar al equilibrio fiscal: “La consecuencia macroeconómica es clara: unificar el mercado de cambios hoy equivale a desfinanciar al Tesoro nacional. En otras palabras: avanzar hacia la flotación cambiaria implica comprometer el ancla fiscal de la cual están atados prácticamente todos los objetivos de la política económica”.