La calificadora de riesgo Moody’s presentó este jueves un informe sobre la situación financiera de las provincias, en el que proyectó “un deterioro significativo en las cuentas fiscales de la mayoría” de las jurisdicciones, que les ocasiona “fuertes presiones de liquidez y un incremento en la probabilidad de incumplimiento” a algunas de ellas.
En ese contexto, advirtió que las calificaciones de algunas provincias se encuentran en revisión a la baja en el corto plazo, entre ellas Buenos Aires, Chaco, Chubut y Río Negro, como consecuencia de un “debilitamiento crediticio superior al esperado”.
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También mencionó que “la eventual falta de acceso a fuentes de financiamiento alternativas, junto al deterioro en su capacidad de pago, incrementa la probabilidad de incumplimientos en el corto y mediano plazo”.
En cuanto a los motivos que explican esta situación, el informe señaló “la reciente evolución del contexto macroeconómico junto con algunas medidas adoptadas a nivel nacional”, así como “una caída en el nivel de actividad económica; la reforma del impuesto a las Ganancias” y “una eventual reducción en las transferencias no automáticas por parte del Gobierno nacional”. Ese último es uno de los principales reclamos de los gobernadores al presidente Javier Milei.
Cuáles son las provincias más complicadas en el frente financiero, según Moody’s
En cuanto a las provincias más complicadas en el frente financiero y que están en revisión a la baja, Moody’s mencionó que las que tienen “mayor exposición a obligaciones en moneda extranjera presentarán desafíos para afrontar servicios de deuda a partir de este año”.
“Se espera que la intensidad y la duración de la contracción económica tenga efectos sustanciales sobre la variación de sus ingresos. A una mayor severidad de la recesión, y mientras más se demore la recuperación, la evolución de la actividad impactará tanto en la recaudación propia, principalmente en el impuesto sobre los ingresos brutos, como en la masa de impuestos coparticipables”, agregó.
La calificadora de riesgo también se refirió a la caída “en torno al 20,5%1 de la recaudación total durante 2019-2022″ del Impuesto a las Ganancias, debido a la eliminación del gravamen sobre la cuarta categoría y confió en que “sea transitorio y que, eventualmente, se revierta total o parcialmente durante el curso de este año”.
“Cuanto más se demore la eventual reversión de dicha medida, las provincias percibirán menos dinero en concepto de coparticipación en detrimento de sus ingresos operativos. En otro orden, la disminución de las transferencias no automáticas (o discrecionales) junto con el retiro de algunos subsidios por parte del Gobierno Nacional contribuirán, aunque en menor medida, al deterioro de las cuentas públicas provinciales”.
Dar marcha atrás en la quita de Ganancias es una de las herramientas que pone el Gobierno en la mesa de negociaciones con las provincias, pero los gobernadores se resisten e insisten en coparticipar el Impuesto PAIS.
Debido a que a ese escenario complejo, para algunas provincias se suma que tendrán que afrontar amortizaciones de deuda internacional. “En 2024 los riesgos de transferibilidad y convertibilidad para la cancelación de deuda en moneda extranjera han disminuido considerablemente y que los eventuales incumplimientos que se produzcan se vincularán principalmente a una débil capacidad de pago por parte de los deudores y/o de falta de alternativas de financiación”.
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También proyectó que “los ratios de endeudamiento se incrementen considerablemente a partir de los datos de cierre de 2023 debido principalmente a la evolución del tipo de cambio y, particularmente, como consecuencia de la devaluación ocurrida en diciembre 2023″.
Sin embargo, consideró que “existen algunos mitigantes que permiten contrarrestar la posible caída de los ingresos operativos”fundamentalmente los que son de carácter transitorio. Entre ellos, mencionó “la posibilidad de reducir los gastos de capital”, que “permitirá tener cierto margen para amortiguar el impacto de la disminución de los ingresos de las cuentas públicas”.