En medio de la devaluación tras el resultado de las PASO, el ministro de Economía Sergio Massa viajará entre el próximo martes y miércoles a Washington para encontrarse con los directores del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El anuncio llega 24 horas después de que el organismo multilateral confirmara que el 23 de agosto se reunirá el directorio para “aprobar los desembolsos acordados”. Se trata de US$7500 millones previstos para fines de mes.
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Ayer, Julie Kozack, vocera del Fondo, dijo: “El 28 de julio, las autoridades argentinas y el personal técnico del FMI llegaron a un acuerdo a nivel de personal técnico sobre la quinta y sexta revisión en el marco del acuerdo de Servicio Ampliado del Fondo (EFF, por sus siglas en inglés) de 30 meses de Argentina. El acuerdo está sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI, que se espera se reúna el 23 de agosto para aprobar los desembolsos acordados”.
En esa línea, Kozack destacó la decisión del Gobierno de devaluar un 22% el peso contra el tipo de cambio oficial tras las elecciones: “Valoramos las acciones de políticas recientes de las autoridades y el compromiso de salvaguardar la estabilidad, reconstruir las reservas y fortalecer el orden fiscal”.
En su momento, cuando se aprobaron los aspectos técnicos de las últimas revisiones, el FMI había manifestado: “Este acuerdo está sujeto a la implementación continua de las medidas de políticas acordadas y la aprobación del directorio ejecutivo del Fondo”.
Sumado al encarecimiento del dólar ahorro y solidario, la extensión del Impuesto PAÍS sobre las importaciones de bienes y servicios, y una nueva edición del dólar “agro” para incentivar las exportaciones anunciado a fines de julio, esta batería de medidas toma relevancia dentro de la renegociación por la deuda con el FMI, que pretendía entre sus condiciones para cumplir con las pautas del pacto argentino implementar una devaluación y reforzar el ajuste fiscal.
El visto bueno del board, que tratará el caso argentino en los próximos días, permitirá que lleguen los desembolsos que se necesitan para las reservas del BCRA, hoy negativas por alrededor de US$10.000 millones.
Por otro lado, el Gobierno también cristalizó su compromiso con otro de los puntos más calientes en la discusión con el Fondo: el frente fiscal. En un documento que se difundió el sábado, el Ministerio de Economía explicó que se está trabajando en los detalles finales del Presupuesto 2024, donde plasmó su intención de alcanzar el “déficit primario cero”.
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La meta de déficit fiscal con el Fondo para este año se mantuvo en 1,9% del PBI, pero para el primer semestre ya llegó al 1,1% y la segunda parte del año suele ser más exigente en materia fiscal. El FMI reconoció que “el cumplimiento de la meta requiere un mayor endurecimiento”.
El organismo también pidió por una serie de medidas acordadas de ingresos y gastos. Entre las más preocupantes, por el lado de los gastos, el organismo reclamó “contener el crecimiento de la masa salarial, actualizar las tarifas de energía para reflejar mejor los cambios en los costos de producción, mejorando al mismo tiempo la progresividad del sistema, y fortalecer los controles de gasto a través de una asistencia social mejor focalizada y una mayor racionalización de las transferencias corrientes a las provincias y empresas estatales”. Sin embargo, estimaciones privadas arrojan que el resultado fiscal primario de este año terminaría alrededor del 2,4%, sin cumplir con el FMI, lo cual explicaría la intención de llegar a “déficit cero” en 2024.