La turbulencia financiera global de las últimas semanas hizo persignar hasta al más descreído de las intervenciones gubernamentales. La caída -y posterior rescate del banco suizo Credit Suisse y de los estadounidenses Silicon Valley Bank (SVB) y First Republic sumaron intranquilidad a un mundo ya preocupado por la inflación y el impacto de la guerra en Ucrania.
Las acciones de esas empresas cayeron aún con una potencial solución a la vista y la sensación que dejó el fin de esta semana es una sola: intranquilidad.
TN consultó a cuatro especialistas en finanzas para entender las razones del desplome y qué impacto puede tener en el mundo y en la Argentina hacia adelante.
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El contexto: por qué comenzó la crisis bancaria
El comienzo de esta crisis se remonta a antes de la pandemia. “Tanto en la prepandemia cómo durante el aislamiento hubo una emisión de dinero que generó un exceso de liquidez y crédito a nivel mundial, que comenzó a manifestarse en presiones inflacionarias a partir del alza de precios de la energía”, explica José Dapena, director del Departamento de Finanzas de la Universidad del CEMA.
Eso llevó a que la Reserva Federal, el banco central estadounidense, y otras autoridades monetarias en el mundo, utilizaran instrumentos para reducir esa liquidez, como la suba de tasas de interés y la venta de activos financieros que tienen en sus balances.
Los esfuerzos para amortiguar los efectos inflacionarios, entonces, generaron problemas: “En el caso de que exista algún tipo de descalce en plazos o monedas en los bancos, provoca situaciones de estrés que se manifiestan en desconfianza”, suma Dapena.
Para Laura Pereyra, broker de inversiones y socia de BLEND Inversiones, ese es justamente el motivo de alarma que pesa sobre todo el mercado financiero en general.
“Es una carencia de liquidez y una suba de tasas; por consiguiente, otras acciones pueden ser afectadas por una proyección de potencial recesión. En vez de reinvertir capital, las empresas frenan la pelota, y ahí quedan afectados papeles que no son del sector bancario. Todo nace de una decisión de política monetaria, pero engloba a otras empresas”.
A esto se sumó la velocidad de la información, agrega Pereyra, que obligó a las autoridades estadounidenses y suizas a actuar con más rapidez para que no se generara caos, porque todo sistema financiero depende en última instancia de algo tan difícil de construir como la confianza.
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El impacto: qué puede pasar en la Argentina
“El sector bancario en Argentina, a diferencia del mundial, es muy poco profundo en términos de depósitos sobre PBI, siendo casi transaccional y con poco grado de apalancamiento, por lo que el riesgo de que suceda algo similar tiende a reducirse”, señala Dapena.
Los especialistas consultados por TN coinciden en que la desconfianza que se generó a nivel global no ayuda. “El riesgo que puede tener lo que está pasando allá en la Argentina es si efectivamente hay una corrida bancaria: no existe sistema financiero en el mundo que no se base en la confianza, porque ninguno puede hacer frente a que todos sus depositantes vayan todos juntos a buscar su dinero en el banco. Cuando hay una crisis de confianza, nadie quiere ser el último”, dice Fernando Bearzi, director académico del Posgrado en Finanzas de la Universidad Católica Argentina (UCA).
A nivel general, en el mercado financiero local “no se observa una tracción ni positiva ni negativa”, destaca Damián Vlassich, analista senior de Equity en IOL invertironline. En la bolsa local todavía se juegan factores endogámicos. “En 2022 el Merval fue la bolsa que más subió en dólares en el mundo (alrededor de un 30%). En este sentido y teniendo en cuenta el rally que terminó en los primeros días de febrero, creemos que para que continúe esta subida primero hay que resolver situaciones macroeconómicas puntuales de Argentina”, agrega.
“Los bancos locales prácticamente no están relacionados con lo que están viviendo los bancos estadounidenses. Es fundamental destacar la tenencia en activos del Tesoro. Aproximadamente el 40% del total de activos están invertidos en letras y pases emitidos por el Banco Central. No vemos que haya una correlación ni un impacto directo”, concluye Vlassich.
El futuro: cómo sigue la crisis bancaria a nivel global
“En la medida que se vayan conociendo casos de descalces en plazos entre depósitos de bancos y sus colaterales, sobre todo en situaciones de alto grado de apalancamiento, y eso genere situaciones de desconfianza, se va a seguir dando situaciones así”, proyecta Dapena.
En ese sentido, Bearzi explica que mientras siga habiendo problemas de descalce entre las sensibilidades a cambios de tasa que tienen los activos y los pasivos de los bancos estadounidenses, el riesgo de esta crisis de liquidez permanece latente. Detalla que los bonos del Tesoro estadounidense tienen una sensibilidad a un cambio de tasa de alrededor del 12% que hace que ante cada cambio en ese número, estos activos vayan perdiendo valor, con lo cual los bancos que tienen muchos de estos bonos podrían seguir en problemas de aquí en adelante.
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Vlassich suma tres factores de calma para entender cómo sigue esta situación a futuro. En primer lugar, destaca como positivo el accionar rápido de los entes reguladores estadounidenses y la Reserva Federal. En segundo lugar, explica que hay bancos que ya fueron identificados con una mayor tenencia en bonos del Tesoro y que podrían llegar a presentar algún problema de liquidez, pero que algunos de ellos tienen espalda suficiente como para enfrentar esta situación con más facilidad.
“En tercer lugar, los activos que hay detrás no son los mismos que en 2008. En su momento fueron hipotecas y ahora son bonos del Tesoro, es decir, que son bonos libres de riesgo. De esta manera, la Fed puede intervenir de una manera más directa, sin llegar al salvataje de la institución como en el caso del SVB. Los expertos sostienen que el riesgo sistémico estaría mitigado, no obstante, esto no implica que el ruido continúe en las próximas semanas”, advierte el analista.