El último ministro de Hacienda de Mauricio Macri, Hernán Lacunza, y el expresidente del Banco Central de Néstor y Cristina Kirchner, Martín Redrado, compartieron un duro diagnóstico sobre la falta de confianza en la gestión económica y pidieron un plan para alinear expectativas, al disertar en el 56° Coloquio IDEA, este viernes.
Los economistas hicieron hincapié en el déficit fiscal y en la emisión monetaria como principal fuente de financiamiento del Gobierno para este año y el próximo (de acuerdo a lo previsto en el proyecto de ley de Presupuesto 2021) y de cómo esos datos están incidiendo en la cada vez mayor brecha cambiaria.
Redrado pasó revista por las últimas medidas cambiarias y las consideró erradas. “La implementación de esas medidas generó dudas y lo que hacemos los economistas ahora es mirar el nivel de intervención neta (del Banco Central) todas las tardes, si hay goteo de depósitos y la brecha”, resumió. Y consideró que los incentivos a los exportadores para que liquiden soja “son muy chiquitos, dada la dimensión de la brecha”.
“Hay que darle un rumbo a la política cambiaria. Ayer tuvimos nuevas restricciones. El problema es la falta de oferta, el enfoque debe ser aumentar la oferta de divisas, pero en este contexto no es fácil”, agregó Redrado, y propuso permitirles a los exportadores que puedan ingresar sus dólares para engrosar reservas, pero sin liquidarlos inmediatamente en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
Lacunza, en tanto, consideró que el principal problema es la falta de señales tendientes a reducir el déficit y su financiamiento con emisión monetaria.
“El cepo tiene un sentido transitorio y no puede ser una política permanente. Por ejemplo, en un traspaso de mando con incertidumbre política”, dijo quien, como ministro, reimplantó las restricciones cambiarias, en septiembre de 2019, cuando reperfiló la deuda en pesos.
“Hay un déficit estructural, las exportaciones no alcanzan para toda la demanda que hay por la deuda, las importaciones y el atesoramiento. El Gobierno va oscilando” para intentar paliar esa presión, consideró.
Y advirtió: “Todo lo que no haga la política económica por las buenas, lo hará el tipo de cambio por las malas”. Esa, dijo, fue la lección que se llevó Cambiemos durante su mandato. “No va a haber ningún régimen cambiario, ninguna alquimia financiera, sin un plan económico consistente”, concluyó.
Los dos economistas coincidieron en que no hay peligro para los depósitos en dólares, porque el sistema financiero está sólido.
Las definiciones de Redrado y Lacunza fueron muy celebradas por los asistentes virtuales al Coloquio IDEA.
Guzmán no convenció
Los exfuncionarios antecedieron al ministro de Economía Martín Guzmán, que enfatizó que “el blue y el contado con liquidación son dólares que no importan de manera directa en la economía, sino que importan vía la generación de expectativas". Los precios, en otras palabras, siguen atados al tipo de cambio oficial. “Esos tipos de cambio están en valores que no representan la realidad argentina", dijo.
Guzmán adelantó que el Gobierno quitará restricciones a la operatoria de contado con liqui, para permitir un mayor volumen en ese mercado que, espera Economía, permita aumentar la oferta de esas divisas y bajar la brecha cambiaria.
Su exposición, como la de cada funcionario del Frente de Todos, generó respuestas en el chat de ejecutivos. “¿Guzmán sigue viviendo en USA?”, se preguntó el abogado Ricardo Beller, socio del estudio Marvar O’Farrell Mairal. Otros ejecutivos cuestionaban las proyecciones de inflación del Presupuesto y mencionaban la falta de confianza como fundamento de la brecha cambiaria. Debió interceder uno de los integrantes de IDEA, Javier Goñi, para moderar: “El debate democratico es así. Muy importante escucharnos para construir consensos”, escribió. Los participantes del chat coincidieron y el tono crítico en tiempo real se aplacó.
El plan de IDEA
Antes, el economista jefe de IDEA Santiago Bulat presentó los ejes económicos a partir de los cuales los ejecutivos piensan que debe construirse la estabilidad y el desarrollo de los próximos años.
El diagnóstico: la presión tributaria, con 166 impuestos, es la segunda más alta del mundo; el gasto público no paró de aumentar en los últimos 40 años, pero sin una reducción de la pobreza; y las reglas de juego cambian permanentemente.
A partir de eso, Bulat presentó siete ejes: sostener la seguridad jurídica; enaltecer las instituciones públicas; racionalizar el gasto público; bajar la inflación a un dígito, con el Banco Central focalizado en estabilizar los precios; reducir la carga tributaria; exportar más y fomentar la creación de empleo privado.