Novak Djokovic expresó su profundo dolor por la muerte a los 86 años de la leyenda del tenis croata Nikola Pilic, su mentor y a quien definió como su “padre” en el deporte.
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Pilic, finalista en Roland Garros en 1973 y cinco veces ganador de la Copa Davis como capitán, trabajó con el ex número uno de mundo desde 1999. Se conocieron cuando Nole tenía 12 años, en la academia de Pilic en Múnich.
“Recibí algunas noticias tristes hoy mientras estaba en el campo terminando mi entrenamiento. Un sentimiento de vacío y tristeza se ha apoderado de mí”, escribió Djokovic en su cuenta de Instagram, junto a una serie de fotos en la que se lo ve junto a Pilic a lo largo de los años.
Y agregó: “Espero que hayas sentido lo mucho que significabas para mí en tu carrera y vida. Tu influencia en mi desarrollo como hombre y jugador de tenis sigue siendo imborrable. Estoy eternamente agradecido a ti y a tu encantadora esposa Mia por aceptarme como tu propio hijo cuando tenía 12 años”.
En cuanto al aporte de su mentor al deporte, destacó: “Tu legado durará mucho tiempo, y las generaciones mirarán hacia atrás en tu carácter y acciones con gran admiración”.
La despedida completa de Novak Djokovic a su mentor en el tenis
Querido Sjor Niko,
Recibí algunas noticias tristes hoy mientras estaba en el campo terminando mi entrenamiento. Un sentimiento de vacío y tristeza se ha apoderado de mí. Espero que hayas sentido lo mucho que significabas para mí en tu carrera y vida. Tu influencia en mi desarrollo como hombre y jugador de tenis sigue siendo imborrable. Estoy eternamente agradecido a ti y a tu encantadora esposa Mia por aceptarme como tu propio hijo cuando tenía 12 años.
Mis padres y hermanos siempre se sintieron como si fueran familia. Cuando casi todo el mundo nos dio la espalda y como nuestro país fue destruido en el bombardeo, Mia tú y yo nos dimos una mano e hicimos todo lo posible para asegurarnos de que mis hermanos y yo pudiéramos seguir viviendo nuestro sueño y practicar el deporte que amamos.
Gracias por todos los momentos que viví en mi cabeza hoy y que quedarán grabados en mi memoria mientras viva. Además de la tristeza y emociones encontradas que siento, tu carácter y recuerdos de momentos compartidos trae alegría y gratitud a mi corazón.
Tu legado durará mucho tiempo, y las generaciones mirarán hacia atrás en tu carácter y acciones con gran admiración. Todos tus logros como jugador, entrenador y entrenador han sido escritos en letras doradas en los libros de historia del deporte de los Balcanes y del tenis mundial. Para mí, sin embargo, lo más importante es que puedo llamarte orgullosamente “Sjor Niko, mi padre del tenis”. Que descanses en paz.