La tenista argentina Melina Ferrero recibió un duro revés en su carrera deportiva ya que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) desestimó la apelación presentada, tras haber sido sancionada tres años de suspensión por involucrarse con apostadores ilegales.
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Ferrero, de 32 años, cuyo puesto más alto en el ranking WTA fue el 731 en mayo de 2015, no respondió a ninguna de las 12 acusaciones del ITIA relativas a tres partidos en 2017 y 2018, que incluían apuestas deportivas. Así las cosas, al no responder a los cargos, la jugadora admitió su responsabilidad.
De esta manera, se ratificó la sanción, vigente desde el 23 de julio de 2024 y con permanencia hasta el 22 de julio de 2027, de no poder jugar, entrenar o asistir a cualquier evento del circuito femenino ni masculino ni de ninguna asociación nacional, además de una multa de 15.000 dólares.

Los cargos que se le adjudican a Ferrero son: facilitar apuestas, manipular aspectos de los partidos de tenis, aceptar dinero por no hacer el máximo esfuerzo y no informar sobre enfoques corruptos.
Este tipo de comportamientos es seguido muy de cerca en los últimos años por la ITIA, un organismo independiente creado por los siete órganos rectores Internacionales del tenis: la ATP, la WTA, la Federación Internacional de Tenis (ITF) y las federaciones de los cuatro torneos de Grand Slam.
El objetivo es promover, alentar, mejorar y salvaguardar la integridad del tenis profesional en todo el mundo.