Si hay algo que no se le puede criticar a Novak Djokovic es su profesionalismo y su manera de competir. En este caso, el serbio está dispuesto a arriesgar su físico para jugar en Wimbledon, el tercer Grand Slam del año que comenzará el 1º de julio.
El 24 veces ganador de un Grand Slam debió operarse el pasado 6 de junio por un desgarro de menisco de la rodilla derecha. Esto dejaba prácticamente confirmada su ausencia en Wimbledon y ponía en duda su participación en los Juegos Olímpicos, que comenzarán a fines de julio.
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Pero en los últimos días Djokovic compartió imágenes de su recuperación, en la que se lo ve exigiendo cada vez más a su rodilla, a menos de tres semanas de la operación, para probarse y ver si es capaz de jugar el torneo que ganó en 2011, 2014, 2015, 2018, 2019, 2021 y 2022.
Esto significaría que, en caso de llegar a jugarlo, Djokovic habría protagonizado una recuperación récord ya que llevaría menos de cuatro semanas desde la operación.
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Además, Djokovic tiene el incentivo en Wimbledon de estar a solo una conquista de igualar al suizo Roger Federer, quien ganó el torneo en ocho ocasiones (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2019, 2012 y 2017).
De todas maneras, el objetivo principal de esta temporada para Djokovic son los Juegos Olímpicos de París 2024, donde intentará conseguir la medalla dorada por primera vez en su carrera (solo obtuvo la de bronce en 2008), el único torneo importante que le falta ganar en el mundo del tenis.
