Aunque nadie lo imaginaba, Steffi Graf cayó enamorada ante Andre Agassi. Él estaba obsesionado con ella desde hacía mucho tiempo. La tenista alemana cumple 54 años y más de dos décadas de amor con el estadounidense.
El metejón de Andre Agassi había comenzado mucho tiempo antes. Así lo relató en su autobiografía Open: “Me enamoré de ella cuando la vi en una entrevista de la televisión francesa. Me deslumbraron su gracia discreta y su belleza natural. Pero además se notaba que era una persona buena, llena de rectitud moral y de una clase de dignidad que ya no existe.”
Después de conquistar su primer Grand Slam en Wimbledon en 1992, tenía la esperanza de tener la oportunidad de conocer a Steffi Graf. Mantenía en secreto su objetivo, aunque su novia Wendi Stewart sospechaba algo al respecto. Esto se debía a que la tradición indicaba que los campeones debían abrir el baile de gala del evento, y Steffi Graf, a quien había estado enviando mensajes, era la ganadora.
Aunque él se fue muy emocionado a comprar su primer esmoquin a las famosas tiendas Harrods de Londres, la alemana convenció a los organizadores para que ese año suspendieran ese protocolo. En su autobiografía, el tenista recortó: “Me quedo sin bailar con Steffi, pero encuentro un premio consuelo cuando me la presentan formalmente”.
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De esa ocasión queda una foto espectacular: la campeona con un vestido de seda blanca y el cabello recogido sosteniendo su trofeo con forma de plato, junto a su enamorado secreto con su nuevo esmoquin y su copa.
La estrategia: una espera paciente entre Andre Agassi y Steffi Graf
Durante siete años, en los cuales Steffi estuvo de novia con el automovilista alemán Michael Bartels, Andre Agassi estuvo siempre pendiente de ella. Mientras tanto, él se casó con la hermosa actriz Brooke Shields, que pegó en la heladera la foto de una mujer con piernas perfectas a la que quería imitar, rodeada por un gran corazón: Steffi Graf. El tenista la miraba todos los días.
En la primavera de 1999, los dos tenistas se separaron de sus respectivas parejas. Y para el cumpleaños de ella, él le escribió: “Creo que eres preciosa y fascinante, y tengo un tremendo respecto por los que parecen ser tus pilares en la vida. ¿Podemos comer, cenar, tomar un café o dar un paseo? Solo quiero conocerte mejor.”
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Finalmente la alemana cedió a la invitación del estadounidense. Y no solo empezó a salir con él, sino que al tiempo anunció su retiro “porque ya no disfrutaba tanto de jugar al tenis”. Así terminó una carrera que empezó a sus 13 años y terminó a los 30.
Cuando comenzaban su relación, durante un Roland Garros, Agassi le contó que se había iniciado en las drogas siendo un chico, cuando su padre le daba pastillas con cafeína para que pudiera entrenar más horas. En la adolescencia empezó con las anfetaminas y, luego, con la metanfetamina.
“Mientras hablaba, veía cómo su semblante se entristecía, pero no me juzgó –contó en Open-. Ella se preocupaba por mí y se preguntaba cómo había sido mi vida para tomar tan malas decisiones.” Ese día también le confesó que odiaba el tenis y la alemana –que fue un pilar a la hora de rescatar a su marido de las drogas- le admitió que ella también.
Amor entre los número 1
Las carreras de los dos tenistas fueron impresionantes. Entre los dos suman 30 torneos de Grand Slam y ganancias de más de 200 millones de dólares. Steffi Graf es la única en toda la historia del tenis que logró un Golden Slam: ganó Roland Garros, Wimbledon, el Open de Australia, el Abierto de Estados Unidos y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, todo en el mismo año de 1988.
Los tenistas se casaron el 22 de octubre de 2001 en una ceremonia íntima en una capilla de Las Vegas, la ciudad natal de Andre Agassi, de la cual solamente participaron el sacerdote y las dos madres. Enseguida se instalaron en una mansión de esa ciudad y poco después nació su hijo mayor, Jaden. Dos años después nació su hija, Jaz.
Steffi Graf siempre se manifestó feliz por su familia. En una entrevista con ESPN, dijo: “Me siento muy afortunada de haber conocido a Andre y haber construido una vida juntos. Es increíble vivir una vida común y corriente, después de décadas de largos viajes y solitarias habitaciones de hotel”.
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