Jelena Dokic se retiró en 2014 del tenis femenino profesional. Dentro de sus hazañas, se destacan los seis títulos de singles ganados en el circuito WTA y las semifinales de Wimbledon que alcanzó en el año 2000. Sin embargo, su gran victoria es haber luchado por ella misma.
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Mientras se disputa el Abierto de Australia, la exjugadora está trabajando como comentarista: participa de las transmisiones e incluso en algunas oportunidades entrevista a los protagonistas.
Este domingo compartió en sus redes sociales los ataques constantes que recibe por su cuerpo: “Deberían estar avergonzados”, escribió. En estos nueve años desde que dejó la competencia, Dokic atravesó mucho dolor: sufrió una depresión que la llevó a pesar 120 kilos y pensó en suicidarse.
En los primeros pasos de su carrera, cuando tenía 16 años y le ganaba en Wimbledon a Martina Hingis, número 1 en ese entonces, sufría abusos de su padre. Él era su entrenador y la maltrataba: en una de las tantas golpizas la dejó inconsciente. Cada vez que perdía, la castigaba.
El 28 de abril de 2022 fue un antes y un después: “Casi salto de un 26º piso y pongo fin a mis días. No olvidaré nunca ese día, todo era turbio, negro, sin sonido, sin luz. Nada tenía sentido”, explicó en su cuenta de Instagram.
En aquel posteo, Dokic aseguró que compartía su historia porque sabía que había otras personas atravesando lo mismo y tal vez podía ayudarlas de ese modo: “Escribir estas líneas no es fácil, pero lo hago, ya que sé que no soy la única en esta lucha. Sean conscientes de que no están solos”.
Por esos días, Jelena transitaba una separación: después de 18 años, dejaba de compartir su vida con el hombre que estuvo a su lado durante 18 años. Esa ruptura, sumado a la angustia que arrastraba, la sumergió en una profunda depresión.
Este domingo se plantó contra los que se burlaban por su aspecto físico y preguntaban “qué le pasó”. “Te diré lo que pasó, estoy encontrando una manera de sobrevivir y luchar, pero el tamaño no debería importar”, descargó en su Instagram.
“Yo puedo y voy a ponerme en forma por mí y por mi salud, pero tú no vas a ser mejor persona. El peso cambiará; la gente malvada seguirá siendo malvada”, sentenció la extenista.