(*Primera parte) A 88 millas por hora. A esa velocidad viajamos en este mismo momento. Estamos en el DeLorean del Doctor Emmett Brown, que tomamos prestado para volver en el tiempo y hacer un repaso por la historia de Los Pumas en los Mundiales de rugby. Un relato de pasión, superación y momentos inolvidables. De crecimiento, sufrimiento, aprendizaje, esfuerzo y alegrías.
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En las anteriores nueve ediciones de la máxima cita ovalada el seleccionado nacional pasó por las más variadas facetas, incluyendo la transformación del amateurismo al profesionalismo. De no pasar de ronda en las primeras tres Copas a jugar dos semifinales. A tres semanas del arranque de la Rugby World Cup de Francia 2023, desandamos ese camino.
Desde el inicio de los Mundiales, Argentina ha sido un competidor constante, dejando una marca indeleble en el torneo con su estilo de juego apasionado y su compromiso inquebrantable. El rugby fue el último deporte de los “grandes” en tener su propia Copa del Mundo.
Las giras internacionales eran el parámetro para medir las fuerzas entre los seleccionados y el Cinco Naciones era el gran torneo para mirar. Durante largas décadas se consideró que esta disciplina debía mantenerse pura y amateur, lejos de los eventos millonarios que pudieran confundir el espíritu del juego con el negocio. Hasta que en 1987 se disputó la primera RWC.
Las tres primeras, a los ponchazos
Los Pumas fueron invitados a la Copa de Nueva Zelanda y Australia en 1987. El equipo le había ganado a Sudáfrica en 1982 (como Sudamérica XV por el apartheid), a los Wallabies en 1983 y había empatado con los All Blacks en 1985, por lo que las expectativas eran altas. Pero la demandante preparación que se necesitaba chocó con el amateurismo reinante, muchos jugadores de renombre tuvieron que bajarse (Andrés Courreges, Alejandro Iachetti, Marcelo Loffreda, Bernardo Miguens, Tomás Petersen o Ernesto Ure, por ejemplo) y el cachetazo fue grande.
La sorpresiva derrota ante Fiji en el estreno dejó al seleccionado sin lograr el pase a cuartos de final, sumando en esta primera aventura otra caída ante los neozelandeses (locales y futuros campeones) y venciendo a Italia.
Inglaterra fue la sede de la segunda Copa, en 1991. Argentina llegó con vaivenes al Mundial -en resultados y cuestiones internas-, además de presentar un plantel con muchos jóvenes que aparecían después del retiro del gran Hugo Porta en 1990. Perder con Australia (más tarde levantaría la copa) y Gales estaba en los planes, pero caer ante la desconocida Samoa sacudió al rugby argentino. Otra vez a casa en primera ronda. Mientras, en el mundo ovalado empezaba a escucharse una palabra: profesionalismo…
El de Sudáfrica, en 1995, fue el Mundial que cambió todo. Fue la aparición de un tal Jonah Tali Lomu, la primera gran súper estrella. El profesionalismo se apoderó de la escena y un acuerdo multimillonario de televisación terminó por derribar la bandera del amateurismo.
Con Nelson Mandela como emblema de una nación necesitada de alegrías, los Springboks alzaron el trofeo Webb Ellis para unir a un sufrido pueblo. Pero otra vez Los Pumas no la pasaron bien. El panorama era bueno en los papeles, con un grupo accesible y con la ilusión de pasar a cuartos por primera vez. La derrota ante Inglaterra en el debut no cambiaba nada: había que vencer a Italia y Samoa. Pero la pesadilla samoana enlutó de nuevo al equipo argentino, dándole otro mazazo. Con las esperanzas hechas pedazos, la Azzurra se aprovechó de la situación para festejar en el cierre y mandar rápido a casa a los argentinos.
Nueve minutos a puro coraje que cambiaron la historia
Gales 1999 no fue un Mundial más. Marcó un hito en la historia argentina. Porque con coraje, tackle, el try de Diego Albanese y el pie de Gonzalo Quesada, Los Pumas se metieron en cuartos de final por primera vez. Sí, por fin se rompió el maleficio. O varios, en realidad.
El plantel llegó a esa Copa envuelto en el caos. Los jugadores pidieron que el entrenador (José Luis Imhoff) diera un paso al costado, por lo que asumieron Héctor Méndez y Alex Wyllie. Pero Pipo se bajó del avión días antes de viajar al torneo y todo quedó en manos del neozelandés bigotón.
El debut con caída en el partido inaugural ante los dueños de casa hacía sospechar que nada había cambiado… y para colmo se venía Samoa. Al final del primer tiempo de ése partido, los oceánicos ganaban por trece puntos. Pero Los Pumas se despertaron y terminaron llevándose un duelo clave ante un equipo que era un dolor de cabeza. Primer maleficio roto. La victoria posterior ante Japón emparejó las posiciones del Grupo D, ya que los argentinos, samoanos y galeses tenían todos cuatro puntos. Por diferencia de tantos, Los Pumas terminaron terceros y clasificaron al playoff para meterse en cuartos de final.
Irlanda fue el rival en Lens aquel frío 20 de octubre. Lo demás es conocido: la puntería de Quesada mantenía el resultado parejo, hasta que en un scrum a favor cerca del ingoal rival deciden hacer la jugada llamada “falso y espalda”… estaba a punto de cambiar la historia del rugby nacional.
La estirada de Albanese para el try decoró una acción que no había salido ni siquiera cuando la practicaban en los entrenamientos, pero que se ejecutó a la perfección cuando tenía que ser.
Había que defender esa ventaja de cuatro puntos en el marcador. El Trébol necesitaba un try para pasar al frente y acorraló a Los Pumas a centímetros de su ingoal durante nueve minutos. Sí, nueve. Sí, una eternidad. Pero con su garra característica, el equipo puso -literalmente- el hombro y frenó el avance irlandés una y otra vez. Y a jugar cuartos de final por primera vez. Segundo maleficio roto.
Después, la derrota ante Francia fue anecdótica, principalmente porque se jugó apenas cuatro días después de esa épica defensa en Lens. Pero el primer paso estaba dado. La barrera mental de la primera ronda se había roto. Empezaba la Pumamanía.
Nueva Zelanda y Australia 1987
Argentina 9-28 Fiji
Argentina 25-16 Italia
Argentina 15-46 Nueva Zelanda
*Eliminados en primera ronda
Inglaterra 1991
Argentina 19-32 Australia
Argentina 7-16 Gales
Argentina 12-35 Samoa
*Eliminados en primera ronda
Sudáfrica 1995
Argentina 18-24 Inglaterra
Argentina 26-32 Samoa
Argentina 25-31 Italia
*Eliminados en primera ronda
Gales 1999
Argentina 18-23 Gales
Argentina 32-16 Samoa
Argentina 33-12 Japón
Argentina 28-24 Irlanda
Argentina 26-47 Francia
*Eliminados en cuartos de final