Una de las peleas más destacadas del fin de semana en la velada de UFC Seattle fue la que protagonizó el afgano Javid Basharat, que sufrió un escalofriante nocaut a manos del estadounidense Ricky Simon. Su imagen tirado en el piso sin reacción y con los ojos desorbitados generó enorme preocupación entre los fanáticos de las artes marciales mixtas (MMA).
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La pelea en el Climate Pledge Arena duró 3 minutos y 58 segundos, y se definió con un brutal derechazo de Simón, que mandó a la lona a su rival. El “martillazo” en el piso decretó el final. El árbitro de manera inmediata paró la pelea y se tiró encima de Basharat, mientras el ganador festejaba ante el público.
Tras unos primeros segundos de extrema preocupación por el estado de salud del afgano, en las imágenes de la televisión se pudo percibir que balbuceó un “ok” ante las preguntas del árbitro. Aunque sus ojos estaban muy abiertos, parecía estar inconsciente y esto generó algunos instantes de incertidumbre.
La organización premio a Ricky Simón por su gran demostración dentro del octágono y le dio puntos extras en el ranking por haber protagonizado una de las “Actuaciones de la noche”.
En tanto que Basharat, luego del susto inicial, llevó tranquilidad a sus seguidores a través de un posteo en las redes sociales. Publicó una foto suya posterior al combate y escribió: “Estoy bien y saludable. El campamento estuvo genial, sin heridos, 0 excusas. La pelea iba exactamente como lo planeamos y nos sentimos en control, pero me sorprendió con un tiro perfecto y ese es el juego al que jugamos. Gracias por su preocupación y todo su apoyo”.
