Cuando el bestial Jalen Hurts empieza a manejar los hilos del Super Bowl LIX en el Caesars Superdome de New Orleans, al sureste del estado de Luisiana, un hincha argentino de Kansas City Chiefs mastica con bronca un aro de cebolla en el Hipódromo de Palermo. A su lado, uno de Philadelphia Eagles -barba larga, entrecana, nervioso desde el primer minuto- grita porque la final ya está encaminada.
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Los ocho mil kilómetros de distancia entre el estadio donde los Eagles festejan el Super Bowl, el segundo de su historia, y uno de los puntos centrales de la Capital Federal se acortan a través de la pantalla gigante en la que más de 200 personas observan la final de fútbol americano, el evento canónico del deporte norteamericano, con una pasión digna de admirar.
El fútbol americano, cada año más fuerte en la Argentina
Aunque puede que para muchos argentinos el fútbol americano resulte una actividad lejana, cada año que pasa miles de simpatizantes empiezan a ver con atención a la NFL. Se trata, primero, de entender las reglas básicas para descubrir que detrás de tanta estrategia hay un deporte mágico, que capta la atención de más de 123 millones de personas en el mundo, según las estadísticas de la televisión.
El sitio especializado No Huddle, que nació como un proyecto “con la idea de cambiar la manera de informar y analizar este deporte en español”, organiza todas las temporadas un evento especial para que los fanáticos se reúnan a ver el Super Bowl. Por segundo año consecutivo lo hicieron en el Hipódromo: en total ya van cinco ediciones.
Una parte de los Estados Unidos en el corazón de Buenos Aires
El Sport Bar, a metros de la histórica pista de carreras, incrustado entre las máquinas tragamonedas del casino, pareciera ahora una parte de los Estados Unidos, una embajada. Camisetas de distintos equipos de la NFL, chicken wings con salsa buffalo, hamburguesas con bacon, cheddar, aros de cebolla y una Dr Pepper que alguien llevó para sentirse en un pub del Rust Belt.
“No tengan prejuicios, miren lo que es esto”
“Esto es una pasión que no se puede explicar, yo les pido que le den una oportunidad al fútbol americano, no tengan prejuicios, miren lo que es esto”, dice Fernando Senini, hincha de los Pats y uno de los organizadores del evento junto a Agustín Espósito, Christian Torres, Iván Lerro y muchos más.
Cuando dice “miren lo que es esto” se da vuelta y señala con la mano derecha a las más de 200 personas que miran las pantallas, sobre todo una ubicada en el medio del salón, y gritan como se grita en un partido de fútbol, en un River-Boca.
El dolor por la derrota de Kansas City Chiefs
Maxi Méndez tiene la camiseta de la leyenda de los Chiefs Patrick Mahomes y se agarra la cabeza cuando ve que el Super Bowl se va al show de mediotiempo 24-0 a favor de los Eagles.
Mientras Kendrick Lamar canta “Not Like Us”, un dardo directo para Drake, Maxi y su familia no pueden creer que el partido esté tan a contramano. Saben que necesitan de un milagro que nunca llegará.
“Mahomes es como Messi así que hasta que no termine no vamos bajar los brazos”, dice como para autoconvencerse, pero al tanto de que el margen de maniobra es muy estrecho. Su equipo no tiene red. Messi, justamente, mira el partido desde uno de los palcos del Superdome.
La era de los Chiefs no fue gratis: ahora la revancha es de los Eagles
A golpe de vista en el Sport Bar hay decenas de camisetas de Philadelphia Eagles, muchas más del GOAT ya retirado Tom Brady de los Patriots y un puñado de Kansas City, equipo que en los últimos años logró construir un reinado que las Águilas derrocarán en minutos.
La era de los Chiefs no fue gratis: trajo haters y muchas personas que no quieren ver que el equipo de Kansas se acerque a los Patriotas, los más ganadores de la historia con seis títulos al igual que los Pittsburgh Steelers. Es por eso que los gritos, acá en Buenos Aires, son en mayoría de festejos.
A ocho mil kilómetros al norte, sobre el campo de juego del Superdome de New Orleans, Jalen Hurts, el quarterback de Philadelphia, dueño de un brazo de acero, levanta el trofeo Vince Lombardi y logra lo que no muchos se animaban a imaginar: reducir a Mahomes a un plano secundario. Un hincha de los Eagles en Palermo levanta su vaso de cerveza, brinda por eso, mientras grita “dale campeón, dale campeón”.
Producción, entrevistas y redacción: Jonathan Wiktor.
Cámara, fotos, realización y edición: Leandro Heredia.
Coordinador de Videolab: Gastón Álvarez.
