Un palo con dos baldes de cemento en las puntas forman una precaria pesa que Yamil Peralta utiliza para entrenar durante esta cuarentena. Pero eso no es todo, también hay conos, la rueda de una carretilla colgada a un árbol para hacer abdominales y un fierro en la pared (con un guante) para la cintura. "Estoy entrenando a lo Rocky ¡Solamente me falta correr a la gallina!”, bromea.
El púgil de San Miguel quiere seguir en forma para llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio del año próximo y sueña con traer una medalla para la Argentina. Como los gimnasios están cerrados tuvo que armar algo más precario en su casa.
Además, también trabaja en una empresa de recolección de basura de Pilar donde es supervisor. Es un trabajo que consiguió después de que se suspendieran las peleas por el coronavirus y se quedara sin un ingreso fijo.
“Realizo el turno de 7.30 a 15.30 y la empresa me dio la oportunidad de ser supervisor: chequeo que los camiones lleguen a horario, que estén bien cargados y en el caso de que surja un problema lo tengo que resolver”, cuenta el pugilista de 28 años al diario Clarín.
Peralta tiene una larga carrera como amateur y hace poco empezó como profesional. Ganó las seis peleas que disputó y ya posee el título de campeón Latino y Sudamericano de boxeo en la categoría Crucero de la CMB.
Antes de que se iniciara la cuarentena tenía el foco puesto en lograr el boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio, aunque el torneo preolímpico en el que iba a competir se terminó suspendiendo.
“Se complicó todo el tema del preolímpico con la cuarentena, pero hoy lo deportivo para mí pasó a un segundo plano: acá está muriendo gente y lo importante es cuidarnos entre todos. Yo estoy viviendo con mi novia en la casa de mis suegros, en José C. Paz. Ellos tienen más de 70, por eso cuando llego me saco la ropa, le pongo alcohol y la mando al lavarrropas: trato de ser precavido”, cuenta Yamil.
Su gran objetivo ahora es el de llegar en plena forma a Tokio para ganar una medalla. Ya tiene algo de experiencia: logró una medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y un tercer puesto en el Campeonato Mundial de Almaty, Kazajistán, en 2013.
“Pude conocer un montón de lugares del mundo gracias al boxeo como Londres, Río de Janeiro, Azerbaiyán y Kazajistán, entre otros, que si hubiera tenido que pagar no podría haber ido. Más allá de eso, que fue muy lindo, a mí lo que me gustaría es poder salir campeón olímpico. Sería un sueño”, finaliza.
