Marco Materazzi, exfutbolista italiano, reveló algunos detalles desconocidos de uno de los hechos más recordados de la historia de los Mundiales: el cabezazo que recibió por parte de Zinedine Zidane en la final de Alemania 2006.
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El exdefensor provocó al futbolista francés, que reaccionó con una agresión y dejó con un hombre menos a su seleccionado, que finalmente no pudo levantar la Copa del Mundo.
Materazzi contó qué le dijo a su rival, que logró que se le saliera la cadena. "Fueron unas palabras estúpidas, que no podían provocar tal reacción. El cualquier cancha de Roma, Nápoles, Milán o París se escuchan cosas bastante peores", reveló durante una entrevista con L’Equipe.
Por su parte, desmintió una versión que circuló sobre sus agravios. "Le hablé de su hermana, pero no de su madre como he leído en algunos diarios. Mi madre murió cuando yo tenía 15 años, por lo que nunca habría caído tan bajo de insultar a su madre", explicó.
El ex Inter, que ese día marcó el único tanto de su equipo que les permitió llegar a los penales, reveló que lleva consigo un profundo dolor por la falta de respaldo que tuvo por parte de los hinchas italiano. "Zidane estaba protegido por los franceses, pero mis propios compatriotas me aplastaron, para mí no son verdaderos italianos...", se quejó.
Y cerró: "Yo siempre he defendido los colores de Italia. La crítica de esta gente es lo que más me dolió después de esta Copa del Mundo. Ellos deberían haber besado el suelo que pisé, desde que marqué el gol del empate".
Una obra de arte
En 2012, el artista Adel Abdessemed inmortalizó el cabezazo de Zidane a Materazzi al realizar un monumento de bronce de 5 metros, que se encuentra ubicado en el museo de arte Centro Pompidou de París.