River tomó una medida unilateral y no se presentó a jugar como local su partido contra Atlético Tucumán el sábado por la Copa de la Superliga como medida de prevención contra la pandemia del COVID-19. Esta medida dividió las aguas entre los dirigentes del fútbol argentino.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la Superliga acordaron esta semana que la primera fecha de la segunda edición del torneo se disputara tal como estaba previsto, aunque sin la asistencia de público. Sin embargo, la decisión de River abrió un foco de conflicto entre los directivos de Superliga, mientras que los futbolistas, por lo bajo, opinan que prefieren no jugar hasta que se contenga la propagación del coronavirus.
El presidente Alberto Fernández opinó sobre la controvertida postura que tomó River. "El fútbol, como cualquier espectáculo que nuclea gente, es bueno que no lo hagamos. Pero si quieren jugar a puertas cerradas, espléndido. Sé qué hay una disputa y me parece que quisieron cargar en River como actitud individual algo que tuvo que ver con un jugador de reserva que con la decisión de no jugar al fútbol, sé que hay una disputa entre River y los otros clubes", señaló en Radio Diez.
River, con el certamen empezado y su rival ya en Buenos Aires, emitió el viernes en la noche un comunicado adelantando que no se presentaría a jugar por considerar que "la competencia implica severos riesgos para la salud del plantel profesional y todos los involucrados en un partido oficial".
Además, la institución indicó que "siguiendo las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud (.) el club permanecerá cerrado en su totalidad a partir del 14 de marzo, por tiempo indeterminado". Por la tarde, un par de horas antes del inicio pautado del partido, el personal de utilería del club tucumano llegó al Monumental, que estuvo cerrado desde la mañana.
"Estamos preparados para jugar, pero River dice que no podemos entrar'', declaró a las puertas del estadio el vicepresidente del ``Decano'', Enrique Salvatierra.
Poco después arribó al Monumental el árbitro designado Germán Delfino y la escribana Marisa Galarza, quien labró un acta para dejar constancia de que ni la terna arbitral ni Atlético Tucumán tenían permitido el ingreso al estadio. Luego Delfino afirmó que dada la situación no sería necesario que el plantel visitante fuera desde su hotel a la cancha.
River, que la semana pasada perdió en la última fecha el título de la Superliga a manos de su clásico rival Boca Juniors, ya había licenciado a sus jugadores desde la medianoche del viernes.