El 15 de agosto de 1974 la Argentina era gobernada por María Estela Martínez de Perón, quien tomaba juramento a tres nuevos ministros que, así, entraban en funciones en sus cargos. Los índices económicos marcaban, cuándo no, un aumento en los precios de la carne y de los productos siderúrgicos. En el exterior, la noticia destacada era que Turquía ocupaba una parte de Chipre y en la localidad bonaerense de Ciudadela nacía Carlos Edgardo Biasotti, un arquero que aún hoy tiene plena vigencia en el fútbol argentino: viene de convertirse en el más longevo en actividad en su puesto con sus 45 años y más de cuatro meses. Hoy desanda su carrera en el Club Sportivo Peñarol de San Juan y contó su historia a Toda Pasión.
¿Cómo recibiste el récord de arquero más longevo en actividad?
Me lo hicieron saber unos amigos. Es raro que a esta edad un futbolista siga vigente pero por suerte me mantengo físicamente bien y disfrutando el partido a partido porque sé que mucho tiempo más en esto no me queda. Entonces, como digo siempre, no me pongo fecha de vencimiento, disfruto el día a día, pero cuando no tenga ganas de ir a entrenar o me den más ganas de quedarme a dormir la siesta ya no voy a jugar más. Por ahora lo sigo disfrutando y me siento muy bien.
Carlos Edgardo Biasotti debutó como profesional en Laferrere el 28 de enero de 1995, cuando tenía 20 años. Hoy a sus 45 años y más de cuatro meses, es el arquero más grande en actividad por encima de lo que alcanzaron Hugo Orlando Gatti (44 años y 23 días, cifra con la que es dueño del récord de ser el futbolista más viejo en jugar en Primera), Edgardo Andrada (43 años y 4 meses), Pedro Catalano (42 años y 10 meses) y Amadeo Carrizo (42 años y 7 meses).
¿Llevás la cifra de partidos jugados?
No tengo idea de cuántos partidos he disputado, seguro que son muchísimos, pero sí del día en que debuté, que fue el 28 de enero de 1995, yo atajando para Deportivo Laferrere en un partido contra Godoy Cruz. Ese día fue muy especial porque me acuerdo que Godoy Cruz venía segundo en el campeonato y fue un partido importante para nosotros porque era el primero que nos tocaba jugar en el año. En el 94 yo había ido tres veces al banco y bueno, justo en el primer partido del año 95 me tocó jugar y me acuerdo de tener una sensación de mucha ansiedad por querer hacerlo. Me acuerdo que en las noches previas me costaba mucho dormir y pensaba en tratar de hacer bien las cosas. Ese día empatamos y así arranqué como jugador profesional.
¿Por qué creés que has llegado en buena forma física y en nivel a esta edad?
Lo primero y fundamental para mí en todo este tiempo fue mi familia, que me enseñó el respeto por la profesión, el exigirme que me tenía que dedicar a pleno, entrenarme. Era joven cuando empecé y por ahí los amigos me venían a buscar para salir a bailar y me acuerdo que mi papá me decía “si salís, mañana no vas a entrenar”, y eso que no jugaba en Primera. Creo que eso fue lo que me marcó. Aprendí a dedicarme a pleno y dentro de una cancha aprendí a manejarme siempre de la mejor manera con mis compañeros , tratar de siempre respetarlos y ser respetado, además de exigirles lo que a mí me inculcaron: el compromiso, el entrenarse, el dedicarse y más en esta época.
¿En qué notás el cambio de los tiempo en el fútbol?
Bueno… ahora me toca jugar con chicos cuyos padres fueron mis compañeros, me ha pasado que he compartido carrera con tres generaciones (dice y se ríe). Cuando arranqué estaban los grandes que se manejaban de otra forma en el vestuario, en esa época hablaban sólo los grandes y hoy en día no pasa tanto eso. Hoy además no se puede dar ventaja. Si no te entrenás y no te cuidás no podés estar, hoy se juega con mucha intensidad en la categoría en la que estamos, el Federal A, y acá la mayoría de los jugadores han jugado en Primera División o en el Nacional B y están muy bien, tienen grandes equipos y no se puede dar ventaja. Trato de entrenarme como hice siempre, con dedicación al máximo y exigirle a mis compañeros y hacerles entender que hoy el fútbol te puede abrir muchas puertas, que lo aprovechen porque en nuestra época era más difícil. Hoy con las redes sociales poder ver cualquier partido que se juega y en algunos casos 10 partidos buenos te alcanzan para llegar al Nacional B o Primera División y en algunos casos para irse afuera. Por eso hoy más que nunca hay que dedicarse, hay que entrenarse porque esto del fútbol es muy lindo y es una gran posibilidad para los chicos.
¿Cómo es tu día a día?
Me levanto muy temprano, trabajo en la parte de mantenimiento de un colegio y tengo la posibilidad de trabajar ahí porque es en la mañana y eso me permite entrenarme. Tuve la posibilidad de cambiar de tarea pero me implicaría más horas y no podría tener el descanso y el tiempo para entrenarme de la mejor manera, así que por ahora sigo trabajando en la escuela, que además me queda enfrente de casa, tengo esa comodidad y gracias a la Ley del Deporte cuando tengo que entrenar no tengo problema, entonces hoy por hoy estoy cómodo en ese lugar.
¿Cuántas horas le dedicás al entrenamiento?
Cuando tenemos doble turno, en la mañana estamos entre hora y media y dos horas, según si vamos al gimnasio o si trabajamos en campo, y a la tarde generalmente estamos entre dos y tres horas. Por suerte lo puedo llevar bien porque como decía, le dedico mucha pasión y me exijo mucho. Además, naturalmente no soy una persona que tiene problemas con el peso, no me tengo que cuidar en las comidas pero como sano, trato siempre de alimentarme de manera saludable porque eso es importante. En realidad es la base para poder entrenar bien y que puedas rendir.
¿Llevás la cuenta de títulos ganados?
Sí: 14. He tenido la suerte de lograr títulos importantes, ascensos… este último, con Peñarol, este año, fue especial porque uno cuando se pone más grande parece que a las cosas las disfruta más, pero sin duda que el ascenso con Unión en 2009, o el salir campeón con Huracán de Las Heras en el campeonato de la Liga de Mendoza fue muy importante también porque hacía mucho que el equipo no salía campeón y así me tocó también con 9 de Julio y con los distintos equipos que me ha tocado estar he logrado cosas. Cada título se disfruta muchísimo.
¿Tu referente cuando empezaste?
El “Pato” Fillol. Es el que me marcó, el que veía más completo por los reflejos que tenía, por la fuerza de piernas, la velocidad en el arco… En la actualidad hay grandes arqueros: Armani, Andrada, están pasando por un gran momento los dos; el “Laucha” Luchetti que también es un arquero de edad y se mantiene muy vigente y demostrando fecha a fecha que la edad no es impedimento.
¿Tuviste algún reconocimiento a partir de tu récord por parte de AFA o desde algún lugar del fútbol argentino?
No espero reconocimientos, no los pretendo. El tema del récord lo supe por unos amigos pero nadie me llamó, ni de AFA ni de ningún lado para preguntarme. Yo le doy importancia a estar bien y a tratar de rendirle a mi equipo.
Y después del fútbol, ¿qué?
Seguramente seguiré ligado al fútbol, quizás como entrenador pero que veré cuando definitivamente deje de jugar. Hoy pienso en tratar de estar bien estos seis meses que me quedan de contrato, de rendirle a mi equipo, que podamos cumplir el objetivo de mantener la categoría y después se verá. Voy a disfrutar de esto al máximo y después veré cómo voy a seguir
¿Tu mejor y tu peor momento como futbolista?
Mejor momento, qué difícil… siempre tenía la frase de que lo mejor está por venir, nunca fui conformista y no miraba lo que lograba sino que me ponía metas para seguir consiguiendo cosas, creo que los años que estuve en Unión de Villa Krause en San Juan, cuando me tocó estar en Huracán Las Heras y ahora en Peñarol fueron momentos muy importantes para mí en lo personal porque se han logrado cosas importantes para los clubes y uno lo valora mucho. Y el peor momento como futbolista fue cuando me fui de Huracán Las Heras porque hubo un problema dirigencial y entré en una disyuntiva que me hizo pensar en dejar de jugar porque no me gustó la manera, pero por suerte estuvo la familia, que es un pilar fundamental para mí y pude continuar en esto para hoy seguir teniendo la posibilidad de disfrutar.
Hablamos del debut, del récord de permanencia pero no de la formación. ¿Cómo empezaste?
Empecé en el baby futbol del club Almafuerte de Ciudad Evita, en Buenos Aires y después seguí en Nueva Chicago. Había estado ocho meses en Boca, en pre infantiles, todavía no arrancaban los torneos por AFA y en el baby fútbol tenía un compañero que jugaba en Chicago y me invitaron a ver un partido Vélez – Chicago, un amistoso, y faltó el arquero de Chicago ese día y yo que había ido a acompañar a mi compañero le dijo a la gente de ahí que yo atajaba y me hicieron entrar. Me acuerdo que empatamos 0 a 0 con Vélez y ahí me llamaron para que empiece a jugar en Chicago. Y así fue. Yo ahí tenía 8 o 9 años. No lo podía creer y ahí jugaba los dos torneos a la par: jugaba en baby los sábados y los domingos en Chicago.
¿Qué es el fútbol?
El fútbol es la pasión. En mi caso es una manera de vivir y por eso siempre voy a estar ligado de la forma que sea, aunque sea yendo a la cancha porque es lo que me atraviesa, lo que me moviliza. Por eso espero disfrutar mucho el tiempo que queda. No hay que abandonar la pasión porque es lo que me marcó desde que tengo uso de razón y de antes también porque mi papá me cuenta que él llegaba de trabajar y yo con dos años le pasaba una pelota para que me patee. Desde muy chico arranqué con esto y hoy lo sigo disfrutando, cada partido que puedo ver trato de verlo y es algo que a uno lo marcó.