Liverpool se quedó con el Mundial de Clubes 2019 luego de derrotar 1 a 0 a Flamengo en la final. Nunca en su historia el equipo inglés había ganado un título semejante. Este sábado rompió esa racha en Qatar.
El seis veces ganador de la Copa de Europa (dos con el formato de Champions League) arrastraba tres derrotas en finales de este tipo: en 1981 justamente ante Flamengo, en 1984 ante Independiente (ambas por la Intercontinental) y en 2005 ante San Pablo (Mundial de Clubes).
Fue un duelo muy complicado para el campeón de la Champions League. A pesar de las diferencias que existen entre ambos equipos, sobre el campo de juego hubo una marcada paridad, que se quebró, sobre todo, en la prórroga.
Fue un partido muy emocionante, con momentos de alto nivel de juego. Pero hubo dos situaciones puntuales que hicieron subir aún más la temperatura. Cuando se terminaban los 90 minutos reglamentarios, Sadio Mané se filtró en la defensa de Flamengo, se fue mano mano y fue derribado por Rafinha cuando entraba al área. El árbitro qatarí Abdulrahman Al Jassim no dudó y cobró penal.
Pero cuando fue a revisar la jugada en el VAR, se dio cuenta de dos cuestiones: la primera, que no estaba claro si había sido dentro o fuera del área. La segunda, y más importante, es que el contacto es dudoso. Por eso, luego de tres minutos, decidió cancelar el penal.
Ya en la prórroga, Roberto Firmino se lució con un gran gol. El brasileño concluyó una contra feroz de Liverpool con una definición fantástica: en vez de rematar de primera, se tomó su tiempo, recortó y -ya con sus rivales en el piso- puso el 1-0 definitivo.
El detalle del gol de Firmino
Paso a paso, la jugada del penal anulado
