Para Boca el sueño de la Copa Libertadores ya fue. Otra vez se rompió en pedazos. Después de quedar eliminado en semifinales a manos de River, hoy el plantel xeneize volvió a entrenarse en Casa Amarilla con el objetivo de superar el mal momento y enfocarse en las seis fechas que le quedan a la Superliga hasta fin de año.
Boca volverá a jugar el próximo jueves 31 de octubre ante Lanús por la fecha 11 de la Superliga. Más de una semana para tratar de levantar anímicamente a un grupo de jugadores golpeados por otra derrota dura ante River (la segunda en menos de un año).
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En el entrenamiento estuvo presente el manager Nicolás Burdisso y se reunió durante 20 minutos con Gustavo Alfaro, que ya anticipó su intención de dejar el cargo después de los seis partidos que le quedan hasta diciembre. A Burdisso no le gustaron nada las declaraciones del técnico: considera que son perjudiciales para los próximos partidos y no ayudan en caso de que el oficialismo tuviera la intención de renovarle el contrato.
Alfaro está desgastado y quiere irse a su casa para "recuperar" su vida, como dijo el martes después del triunfo 1 a 0 sobre River que determinó la eliminación de Boca en semifinales. A su ciclo le quedarían seis partidos si es que los próximos resultados acompañan y se produce un final anticipado.
Boca es uno de los punteros de la Superliga junto con Argentinos Juniors y buscará enfocarse en los partidos que le quedan antes del receso de fin de año, donde podría haber cambios de todo tipo. Hay elecciones presidenciales y el plan deportivo para 2020 dependerá del ganador.
En medio de este contexto difícil por la eliminación ante River y la incertidumbre de las próximas elecciones, Boca tendrá que enfrentar a Lanús, Arsenal, Vélez, Unión, Argentinos y Rosario Central.
