La Selección argentina y la Selección de Alemania tienen un largo historial de enfrentamientos en el fútbol. La última gran alegría de nuestro país ante los germanos fue en el Mundial 86, cuando el equipo de Carlos Bilardo y Diego Maradona se consagraba campeón del Mundo. La alegría estuvo del otro lado en las finales de 1990 y 2014 y para nosotros fue todo decepción.
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En las últimas horas anunció su retiro del fútbol uno de los hombres que más veces amargó al seleccionado argentino: Bastian Schweinsteiger. El mediocampista, de 35 años, estuvo presente en la eliminación del equipo nacional en el Mundial de 2006 de Alemania, en el Mundial 2010 de Sudáfrica y en la final de la Copa del Mundo de Brasil, en 2014. Una verdadera pesadilla.
El exfutbolista de Bayern Munich escribió en sus redes sociales un sentido adios: "Llegó la hora: Quiero agradecer tanto a ustedes como a mis equipos @FCBayern,@ManUtd, @ChicagoFire y @DFB_Team y por supuesto a @AnaIvanovic y a mi familia por su apoyo!".
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Schweinsteiger pasó sus mejores años en el Bayern Munich, con el que ganó ocho títulos en la Bundesliga y siete Copas de Alemania. En 2013, ganó la Liga de Campeones como parte del equipo bávaro que dirigió Jupp Heynckes.
Un año después, en Río de Janeiro, Schweinsteiger tuvo un papel heróico en la victoria de Alemania por 1-0 sobre Argentina en el tiempo complementario de la final. En total, jugó 121 veces para la selección de su país y marcó 24 goles.
"Decir adiós como jugador en actividad me hace sentir un poco nostálgico, pero también miro hacia adelante hacia los excitantes desafíos que me esperan pronto. Seguiré fiel al fútbol", añadió.
Su próximo desafío podría ser como entrenador. El actual seleccionador alemán, Joachim Löw, hoy sólo tuvo palabras de elogio para su antiguo capitán y además le ofreció un regreso a la selección alemana como ayudante: "Para él siempre tendremos un lugar", aseguró.
Löw también recordó el mejor partido de Schweinsteiger, aquella final ganada por 1-0 en el tiempo complementario ante Argentina en Río de Janeiro.
"Todos nosotros tenemos una imagen de su carrera en la cabeza, la final del 2014 en el Maracaná. Estaba cubierto de sangre, se levantaba una y otra vez, luchaba hasta caerse. En cada una de sus acciones se podía ver su ansia de victoria. Fue un gran jugador, pero también una gran personalidad. Así lo conozco, siempre abierto, siempre honesto, siempre empático con los hinchas".
