Tomás Senatore nació sin su mano derecha, ya que su brazo solo llegó a desarrollarse hasta la altura del codo cuando él estaba en el vientre de su madre. No obstante, ese hecho no fue suficiente para frenar su pasión por el deporte y hoy es el atleta adaptado más joven entre los rankeados a nivel mundial.
"Siempre vas a poder hacer deporte, porque es lo más inclusivo que hay", resalta Senatore en una nota con TN, al finalizar una de sus habituales prácticas en el predio deportivo Alberto Balestrini de Lomas del Mirador.
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Su primer contacto con la actividad física fue a los cinco años, cuando comenzó con la práctica del arte marcial Sipalki. A los siete empezó a aprender Kungsul (arquería tradicional coreana) y, a los 12, ya era instructor en ambas disciplinas. También se interesó por el fútbol y el Gumkido (disciplina de defensa y ataque con sable).
Su acercamiento al atletismo se produjo en septiembre de 2015, cuando un amigo lo invitó a sumarse a la Escuela de Atletismo de la Matanza. A partir de ahí, no paró de progresar en las pruebas de salto en largo, salto en alto, 100 y 200 metros.
En 2016, mientras participaba de los clasificatorios bonaerenses, el entrenador Pablo Fornari (en ese momento al frente de la selección de atletismo adaptado) lo vio competir y lo llamó para integrarse al grupo.
Así fue como en marzo de 2017 Tomás fue convocado a los Juegos Parapanamericanos juveniles de San Pablo y logró la medalla de plata en salto en largo T47 sub 18.
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Senatore usa en el brazo diestro una prótesis especial tuneada con la bandera de Argentina. "Es un orgullo llevar los colores, hice muchos deportes y nunca pensé que iba a integrar la selección en ninguno, cuando me llamaron para atletismo me quedé impresionado", reconoce orgulloso el joven atleta.
Su papá Gabriel Senatore y su mamá Celeste Heinze siempre apoyaron su pasión por el deporte. Para Tomás, su familia es un pilar muy importante en su carrera: "Me llevan siempre a todos lados, me acompañan a casi todos los viajes y estoy muy agradecido con ellos".
Tomás es muy joven y tiene mucho futuro por delante. Como todo deportista, tiene su sueño bien claro: "Mi objetivo es ir a un juego paralímpico. Me imagino en cualquier país del mundo corriendo o saltando en un estadio lleno de gente y siendo muy feliz".