Ha sido una boda de símbolos. Desde el unicornio que ha sobrevolado por los preparativos del evento durante toda la semana -figura que ha llevado impresa en la muñeca cada uno de los invitados y que lucía como emblema en invitaciones, banderolas y photocalls- hasta la indumentaria de los contrayentes -un traje de novia de inspiración gipsy, del diseñador libanés Zuhair Murad, y unas calas negras en la solapa del novio y el ramo de la novia, rareza de la botánica-, nada se dejó al azar en la unión entre el futbolista Sergio Ramos y la presentadora Pilar Rubio, que tuvo lugar este sábado en Sevilla.
El lleno, como se esperaba, fue hasta la bandera. Se contaban por centenares las personas que han colapsado, literalmente, los accesos a la catedral de Sevilla para poder otear, apenas de lejos, a los invitados al acontecimiento social con mayor control de seguridad de cuantos se han celebrado en la capital hispalense en los últimos años. Un doble cordón de vigilancia ponía distancia entre el público y la Puerta del Príncipe del templo metropolitano, que abrió a las 16.20 para acoger a los cerca de 500 invitados que han visto consagrarse en Sevilla la relación entre el futbolista y la presentadora.
El desfile previsto, que atravesaba el triángulo peatonal conformado por el Archivo de Indias, el Real Alcázar y la catedral -declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco,- sucedió a cuenta gotas y fue eminentemente futbolístico. Ante el júbilo de los presentes, que jalearon y aplaudieron cada una de las llegadas a la catedral, desfilaron varias generaciones de deportistas del Real Madrid: encabezadas por el presidente Florentino Pérez -que actuó como testigo- y Emilio Butragueño, actual director de Relaciones Institucionales del club, la comitiva madridista contó con personajes como los futbolistas Roberto Carlos, Fernando Hierro, Julio Baptista, Pedja Mijatovich y David Beckham -junto a su mujer, Victoria-, que provocó un verdadero delirio entre la muchedumbre. A estos les siguieron los actuales compañeros de vestuario del novio, como Keylor Navas, Luka Modric, Nacho, Marco Asensio y Lucas Vázquez. El de Camas no se olvidó de su condición de capitán de la selección nacional, por la que acaba de recibir un premio al ser el jugador en activo del mundo con más partidos ganados con el combinado, 122: Jordi Alba, Sergio Busquets y el guardameta Pepe Reina también quisieron acompañar a los novios en una tarde en Sevilla que no fue intensa en calor, lo que propició una avalancha de público excepcional.
Los invitados más mediáticos por parte de la novia se resumieron en sus compañeros del programa de televisión en el que colabora actualmente. El director de El hormiguero (Antena 3), Pablo Motos, acudió a la catedral, como también lo hicieron Nuria Roca, Jorge Salvador y el resto del equipo. Por lo demás, personajes del mundo de la música, como Antonio Carmona, el cantante sevillano DMarco y Niña Pastori, y representantes de la vida social como Nati Abascal -que rompió el protocolo de vestuario con un tocado y traje rosa- y Manuel Díaz El Cordobés y Virginia Troconis aliviaron a los presentes la espera de la llegada de los novios, que hicieron presencia en el templo pasadas las seis de la tarde. Las ausencias más comentadas fueron las del actual entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, y el matrimonio formado Iker Casillas y la periodista Sara Carbonero. Tampoco se vio a Piqué y a Shakira.
Uno de los aspectos más comentados fue la indumentaria femenina, fuertemente restringida por las normas expresadas en la invitación al enlace: las invitadas no podían vestir de blanco, verde, rosa, rojo ni naranja, por lo que la pasarela habilitada hasta la catedral se pobló de largos vestidos oscuros y, para las más atrevidas, dorados y plateados. Excepciones como las de Nuria Roca y Niña Pastori, de morado, dieron algo de color al desfile prenupcial.
Tras la llegada del novio del brazo de su madre, Paqui García -vestida por Vicky Martín Berrocal-, la verdadera apoteosis se produjo con la aparición de la novia: escote pronunciadísimo, una larga trenza, pendientes XXL y un ramo de calas negras que sorprendió a todos los presentes (y que curiosamente coincidía en el color con las flores que lucía el novio en la solapa del chaqué). Subida en un Cadillac de colección, la novia se saltó el guion previsto -habían informado de que llegaría en coche de cristales tintados hasta la misma puerta- y recorrió a pie el último tramo, donde disparó el entusiasmo colectivo de una ciudadanía que ha vivido esta boda con la misma intensidad que los enlaces reales más sonados de la ciudad.
El matrimonio lo ofició el deán de la catedral, Francisco Ortiz. Los tres hijos de la pareja actuaron como pajes en la ceremonia. Luego, el nuevo matrimonio y sus invitados se dirigieron a la finca propiedad de Sergio Ramos en la localidad sevillana de Bollullos de la Mitación, donde el chef malagueño Dani García se encarga de la cena.
Para la monumental fiesta habilitada en la Finca La Alegría, se han preparado atracciones tan extravagantes como una rueda de la fortuna gigante, pista de autitos chocadores y jaimas al estilo sahariano cuyo montaje han podido captar los medios de comunicación desde principios de semana. A partir de ahí, habrá baile y mucha música. Los novios, efectivamente, no han dejado nada a la improvisación. Una escaleta que incluye actuaciones como la de Marc Anthony y una banda de rock, que aún a última hora del sábado se especulaba si podría ser AC/DC (el grupo favorito de Pilar Rubio) y que actuaría pasadas las tres de la madrugada. La fiesta se prevé larga, puesto que el último autobús desde la finca para trasladar de vuelta a los invitados saldrá en la tarde de este domingo, 24 horas después del enlace.