Lucas Báez tiene 30 años y todos lo conocen como el "Gaucho Runner". Corre con su boina puesta, en obvia referencia al pueblo donde nació y creció. Pero además, es reconocido como ejemplo de voluntad. Lucas le contó a Pasión Runner cómo pasó de pesar 100 kilos a convertirse en el mejor sudamericano clasificado en las maratones más importantes del mundo.
Nació en Chacabuco, en el interior de la provincia de Buenos Aires, y en 2007 se fue a Capital Federal para estudiar Arquitectura. Toda su vida hizo deporte y en su pueblo se dedicaba a jugar al fútbol. Colgó los botines para mudarse, abocarse de lleno al estudio y a los cinco años se recibió de arquitecto. Un año después de recibirse, con 24, Lucas pesaba 100 kilos.
Decidió volver al deporte porque no se sentía bien físicamente. Hizo el click y empezó a correr en una plaza de Palermo. Al principio solo podía hacerlo durante pocos minutos. A través de su hermana, buscó un grupo de running para mejorar y así llegó a su vida "Correr Ayuda", un grupo de entrenamiento a cargo de Marcelo Perotti.
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Arrancó el 8 de noviembre de 2012 y su vida cambió para siempre. Hoy dice que su equipo de running, más que amigos, es familia. Hace más de seis años que entrena con ellos: en el primero lo hacía dos veces por semana y buscó tener una vida más sana. En ese tiempo pudo bajar 15 kilos. En el segundo año buscó la ayuda de un nutricionista para "aprender" a comer saludablemente y en pocos meses bajó 5 kilos más.
El running pasó de ser un hobby a ser su estilo de vida. Empezó a viajar por el país para correr, de norte a sur, en calle y montaña. En 2016 hizo su primera maratón de calle (42 km 195 metros) y su primera Major (maratón internacional) fue en Berlín, donde logró una marca de 2 horas 46 minutos. Lucas se había entrenado para buscar un buen tiempo, pero su marca lo sorprendió porque no se esperaba algo tan bueno.
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Al año siguiente, en Chicago, bajó más de 10 minutos su tiempo: corrió 42 km 195 metros en 2 horas 38 minutos 53 segundos. Fue el primer argentino, primer sudamericano y tercer latinoamericano en terminar la carrera. El año pasado corrió en Nueva York y logró su mejor marca en maratón: 2 horas 28 minutos 53 segundos.
Mientras que este año corrió la maratón de Boston, donde registró un tiempo de 2 horas 29 minutos 33 segundos. Su gran objetivo es completar las 6 Majors; le faltan Tokio y Londres.
Lucas está enfocado en carreras de calle. Sale todos los días o a la sumo seis veces por semana, que va mechando con su trabajo. Dos o tres veces hace doble turno. Esos días sale a correr antes de ir a trabajar, bien temprano a la mañana, y al terminar el día cumple con la segunda parte del entrenamiento. Llegó a hacer casi 200 km por semana, casi al nivel de un atleta de elite.
Siempre está pensando en sumar kilómetros y bajar sus tiempos de carrera. Este fin de semana, sin ir más lejos, terminó segundo en la carrera de 10 km de IPC Avanza. Y este año hará por primera vez el Maratón de Buenos Aires.
Desde que Lucas empezó a practicar la actividad e hizo un cambio en su vida, hasta hoy, bajó 33 kilos. Para muchos que lo ven pasar es el "Gaucho que corre", pero para quienes conocen su historia, Lucas es más que un corredor