En Bulgaria se jugó un clásico caliente entre Levski Sofía y Ludogorets. Casi termina mal. Como en todo clásico, nadie quiere perder, y esta vez le tocó al Levski Sofia. Ludogorets ganó 2 a 0 y en el segundo gol se pudrió todo porque Cosmin Moti festejó de cara a la tribuna local.
Mientras Moti festejaba de manera desafiante después de convertir el gol de penal, los hinchas locales se desbordaron y quisieron invadir la cancha para agredirlo. Incluso, la policía tuvo que formar un fuerte cordón policial adelante de la tribuna para contener a los exaltados.
Uno de los hinchas saltó desde la platea y cayó sobre el túnel que conduce a los vestuarios, y tuvo la mala suerte de que el techo de acrílico se rompió y casi se mata.
De no haber sido por la policía, que controló los incidentes a tiempo, los futbolistas del Ludogorets la hubieran pasado realmente mal. La próxima vez Cosmin Moti va a festejar con sus hinchas y no con los rivales.
