Muchos jóvenes a los que les gusta el deporte empiezan a fumar de forma social en la adolescencia y, sin darse cuenta, perjudican su estado físico y se alejan de la actividad. También existen casos de atletas como Sofía Cantilo, que logran hacer el click a tiempo y así dedicarse a lo que más les gusta.
En la actualidad, es la ultramaratonista más importante de Argentina, pero no siempre tuvo la disciplina necesaria que la alta competencia requiere. En la secundaria consumía un atado de cigarrillos por día, no le gustaba entrenar y reprobaba educación física.
La atleta de 36 años y hoy madre de dos hijos empezó a fumar a los 12 años, en séptimo grado, lo que ella califica como "un disparate". Rápidamente, el atado inicial que fumaba por día se convirtió en atado y medio. Se escapaba de las clases de gimnasia al baño de Parque Sarmiento para consumir a escondidas y hasta se llevó la materia en 3° y 4° año.
"Dejar de fumar fue la mejor decisión de mi vida", reconoce Cantilo, que abandonó el cigarrillo en 2005 a los 24 años. A partir de ahí, empezó a ir al gimnasio para compensar la ansiedad y el aumento de peso. Ese mismo año, compitió en la carrera 10k de Palermo y se "enamoró de la marea de gente". Pronto empezó a correr ultramaratones de 80k de distancia en adelante.
Cuando los caminos de la vida la llevan a encontrarse con sus profesores de educación física, estos, entre risas, la interrogan: "Con el trabajo que nos dabas, ¿seriamente ahora sos campeona argentina de ultramaratón?".
"Cuando dije que iba a correr, todos mis familiares y amigos se mataron de risa. Nadie daba un mango por mi apuesta. Cuando me cruzo con profesores de colegio, sobre todo los de gimnasia, entran en shock", confiesa la hija de Alfredo Cantilo, el expresidente de la AFA.
"Lo mejor de la vida está después del cigarrillo. Es un vicio que no tiene ningún beneficio, ni físico ni estético", resalta la ultramaratonista.
Sofía llegó a estar 56 horas sin dormir en una ultramaratón y traza un punto en común entre las exigencias de la maternidad y las de la alta competencia: "Aprendés a no descansar. Lo que te enseña tener hijos te sirve para las carreras, es totalmente imprevisible, las carreras son iguales".
El 2019 tiene varios desafíos para ella: el 17 y 18 de mayo correrá la Indomit 100k en Las Leñas, entre el 15 y el 17 de junio la Half Mision 70k subiendo el Cerro Champaqui y el 9 y 10 de agosto la Bigfoot 100K en Washington.
Su máxima aspiración es completar la Triple Crown, que consiste en tres ultramaratones de 200 millas en tres meses: agosto, septiembre y octubre. "Quiero llegar a los 80 años haciendo esto", asegura Sofía.