Fue un giro de 180 grados. Mientras que todo hacía pensar que la Superfinal de la Copa Libertadores se jugaría en Qatar, de la nada apareció una nueva sede y se quedó con la disputa por albergar el histórico encuentro: River y Boca definirán la competencia en el Santiago Bernabéu, el mítico estadio del Real Madrid.
Pasadas las 17, el Tribunal de Disciplina de la Conmebol dio a conocer el fallo: rechazó el pedido del Xeneize de descalificar al Millonario por los incidentes del último sábado. A cambio, el club de Núñez recibirá una multa económica y no podrá jugar en su cancha por tres partidos.
Mientras que sucedía esto, el propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino, cerraba las negociaciones con el Real Madrid y la Real Federación Española de Fútbol para trasladar el duelo a la Casa Blanca.
Así, el Superclásico más importante de la historia se jugará el domingo 9 de diciembre a las 16.30 (hora argentina) en el estadio del Merengue con público de ambas parcialidades. El mismo tiene capacidad para mas de 80 mil personas y los organizadores se ilusionan con que esté repleto.
Se espera que una enorme cantidad de personas viajen desde la Argentina hacia España. Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación le confirmaron a Toda Pasión que tienen un listado con cerca de 4 mil hinchas que tendrán prohibido el ingreso al evento.
Esta será la primera vez que la Copa Libertadores se definirá fuera de Sudamérica. Ni siquiera México tuvo ese privilegio: cuando sus equipos llegaron a la última instancia, por reglamento debieron disputar el duelo de vuelta en condición de visitante.
Ahora sí, la mesa está servida. En poco más de una semana se jugará la ansiada revancha de la Superfinal y se conocerá al mejor equipo del continente. El campeón viajará directamente a Emiratos Árabes para disputar el Mundial de Clubes. El otro volverá al país y empezará a pensar en lo que viene.
