Es un chico que apenas tiene 17 años y todavía va al colegio, pero lleva el fútbol en la sangre y eso no puede evitarlo. Fue una noche de emociones fuertes para Pedro de La Vega, la grata aparición de Lanús que ayer se derrumbó en el 1-5 que su equipo sufrió ante River.
El juvenil fue noticia hace unas semanas por haber debutado ante Racing; al día siguiente sus compañeros de escuela lo recibieron con aplausos. Anoche volvió a estar en el foco de las cámaras por romper en llanto al ser reemplazado por el técnico Luis Zubeldía.
De la Vega fue de los mejores en un Lanús que vive momentos críticos: el finalista de la última Copa Libertadores hoy está a solo 10 puntos del descenso.
Mientras los hinchas insultaban a Nicolás Russo, presidente Granate, De la Vega salió del campo de juego. La gente frenó su locura para aplaudir al chico, que al sentarse en el banco de suplentes rompió en llanto.
Bronca, impotencia, tristeza y desazón. De la Vega tuvo una chance muy clara en el primer tiempo pero Franco Armani, cual muralla, le negó el gol con una tapada espectacular.
Las lágrimas de este chico de 17 años es una señal: el fútbol se vive y se sufre.
