Era la noche más importante en los 116 años de historia de Atlético Tucumán. Recibir en la ida de cuartos de final de la Copa Libertadores al Gremio era todo un acontecimiento, pero el Decano sufrió un contratiempo atrás de otro y perdió 2-0.
El plan de juego diseñado por Ricardo Zielinski tuvo su primer traspié a los cinco minutos, cuando Ricardo Noir se desgarró y tuvo que ser reemplazado de emergencia por Gervasio Núñez.
Igualmente, el local tuvo sus mejores momentos en el arranque, cuando acorraló al campeón defensor del torneo y parecía que abriría el marcador. Pero a los 35, Alisson aprovechó la primera que tuvo la visita y puso arriba inmerecidamente al club brasileño.
Y cuando se iba el primer tiempo, Núñez fue expulsado utilizando el VAR luego de un pisotón en la pesada cuando el propio Alisson estaba en el piso.
El complemento no lo dejó casi acomodarse a Atlético, ya que a los diez Everton puso cifras definitivas al empujar un centro cruzado que silenció definitivamente al Monumental José Fierro, que lució colmado y lleno de esperanzas.
Ahora, la tarea será casi heroica para el equipo tucumano, ya que deberá remontar esta desventaja y habiendo recibido dos tantos en su casa. El martes 2 de octubre, en Porto Alegre, se conocerá a uno de los semifinalistas de la Libertadores.