Sin dudas que tanto Canelo Álvarez como Gennady Golovkin quedaran en la historia. En esta pelea demostraron que tienen mucho corazón para emerger de situaciones complejas. Ni hablar del aspecto técnico, donde el mexicano le sacó ventaja al kazajo.
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El flamante campeón de los medianos arrancó más firme. A nuestro entender ganó los primeros tres asaltos. Luego Golovkin empezó a mover la izquierda para ponerle temperatura a su boxeo. GGG se convierte en un boxeador incontrolable cuando encuentra la distancia. Y gravitó a pesar de que Canelo Álvarez cuenta con más atributos.
Del cuarto al décimo round se alternaron en el dominio. Pero todo esto definido en un margen muy estrecho. El sexto asalto quedará en el recuerdo. Fue vibrante. Canelo, por cuestiones de alcance, hacía lo imposible para acortar la distancia. Cuando lograba achicar hacía la diferencia, pero si tenía que combatir desde afuera, también sabía cómo hacerlo.
Los últimos dos fueron para Golovkin. El kazajo salió a meterle presión al Canelo y le dio resultados. A pesar de exponerse a una contra, conectó los mejores golpes.
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Ya pasó mucho tiempo, pero todavía se sostiene el debate sobre el fallo de Hagler-Leonard. Aquella fue por el título mediano y en Las Vegas. Linda coincidencia.
Aquí también los diferentes criterios le metieron pimienta al veredicto. Y cada uno con su librito defenderá su tarjeta. Eso también lo genera una gran pelea.
Esta segunda edición quedará en la historia. Así como lo fue la primera. Canelo se convirtió en el nuevo campeón mundial. Lo tiene merecido porque siempre dio la cara. Peleó con Mayweather, Cotto, Mosley y muchos más. Nunca se escondió, y eso en boxeo vale mucho.
