La culpa fue de Deportes Temuco. Porque en la cancha mereció clasificar, pero las reglas están para respetarse y el conjunto chileno no lo hizo. Pero el reclamo administrativo de San Lorenzo enrareció el clima para la vuelta de los 16avos de final de la Copa Sudamericana, que se jugó con amenazas y terminó con agresiones.
Temuco ganó 2-1 en el Bajo Flores y 1-0 en Chile, pero por haber incluido indebidamente a Jonathan Requena en el Nuevo Gasómetro la Conmebol le dio el triunfo al Ciclón, y por 3-0. Es decir que para la revancha el club trasandino tenía que hacer al menos tres tantos para ir a penales.
Los hinchas trataron hostilmente al equipo azulgrana desde el comienzo, con cantos y carteles intimidantes. Además, le arrojaron proyectiles al arquero Nicolás Navarro en más de una oportunidad.
En el final, y con al clasificación del cuadro argentino consumada, los aficionados siguieron tirando cosas y esta vez contra el banco de suplentes. Como resultado, Gonzalo Borean -preparador físico de San Lorenzo- sufrió un corte en su rostro, que se le llenó de sangre.
"No hicimos un buen partido, pero es lamentable esto que está pasando. Nosotros no tuvimos nada que ver con el fallo. Me cagaron a piedrazos todo el partido, fue una vergüenza lo del árbitro. Ellos se meten con Argentina y se dan de ejemplos y no son ningún ejemplo. No había ningún policía detrás del arco. Es insólito lo que está pasando", declaró Navarro luego del encuentro, completamente indignado.
"Es una lástima. El partido se jugó en un clima raro, lamentablemente terminó mal. Estas cosas a veces pasan, es una lastima pero hay que dar vuelta la página”, completó Nicolás Blandi, capitán y goleador del Cuervo.