Es una de las jugadas más curiosas y graciosas en la historia de las Copas del Mundo. Brasil, flamante campeón, y Zaire, se enfrentaban en la zona de grupos. El equipo carioca ganaba el partido por 3-0 y a cinco minutos del final tenía un tiro libre en la puerta del área. Lejos de acatar cualquier regla futbolístca, uno de los jugadores de la Selección africana salió corriendo de la barrera y pateó la pelota sin que el árbitro diera alguna señal para que se reanudara el juego. Ese gesto tenía una historia detrás.
Zaire había llegado al mundial de Alemania 74' como el campeón africano. El dictador Mobutu Sese Seko, que gobernó el país desde 1965 hasta 1997, lo había premiado con casas, autos y unas vacaciones en EE.UU. Sin embargo, la mala actuación en el mundial, con derrotas ante Yugoslavia y Escocia los puso contra la espada y la pared.
El protagonista de la acción que quedará en la historia, Mwepu Ilunga, dijo en una entrevista que Mobutu, humillado por las derrotas de Zaire en el Mundial, los había amenazado antes del partido contra la verdeamerela. “La consigna era clara: si perdíamos por cuatro goles contra Brasil, ninguno de nosotros iba a regresar a casa”, relató.
El tiro libre terminó lejos del arco y el plantel de Zaire se salvó de una posible reprimenda gubernamental. Igual dejó el Mundial como el hazmerreír de la Copa.
