En los diccionarios, a la palabra mística bien podría ponérsele una imagen de Estudiantes para graficarla. Hay pocas mejores maneras de explicar lo que significa. Porque así lo siente la gente del Pincha. Así lo vive. Y una muestra más se dio este jueves, cuando el equipo dio vuelta el partido ante Nacional, le ganó 3-1 y se metió en octavos de final de la Copa Libertadores.
El León era local y tenía la obligación de vencer por dos goles de diferencia al Bolso para acceder a la siguiente ronda, pero empezó con un mazazo a los cuatro minutos con el tanto de cabeza de Matías Zunino para la visita.
Los minutos pasaban y el partido se desvanecía. Las jugadas se sucedían pero ninguna era de peligro para Estudiantes, que igualmente siguió insistiendo. Y llegó al empate con un penal de Juan Otero a los 16 del complemento pero todavía le faltaban dos para cumplir el objetivo.
Siete minutos más tarde, Lucas Melano dejó al Pincha al borde de otra hazaña, que se gestó a 60 segundos del final con otro penal de Otero (lo inventó Mariano Pavone y el árbitro compró), para desatar la euforia de los hinchas como tantas otras noches de Copa.
Así, Estudiantes quedó segundo en el Grupo F con ocho puntos, igual que Nacional pero con diferencia de gol a favor de +2 contra +1 de su rival. Primero fue el Santos, con diez y último quedó el Real Garcilaso, con seis. El Pincha sacó a relucir la mística y espera rival en octavos.
