No por nada tiene ese apodo: el Loco. No le pidan cordura a Sebastián Abreu, ni en los momentos más tensos en los que a cualquier ser humano le tiemblan las piernas.
Esto quedó demostrado en el partido entre Uruguay y Ghana, por los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010. El encuentro entre estas selecciones terminó empatado 1-1 y debieron definir al ganador desde los 12 pasos.
Y a Abreu le tocó el último penal. El delantero tomó distancia, respiró profundo, se acercó hacia la pelota... y la picó, como quien esta jugando un partido de barrio. La pelota entró y la Celeste se clasificó para las semifinales de la Copa del Mundo.
Ya en la siguiente instancia, el conjunto sudamericano cayó por 3-2 ante Holanda y se despidió del sueño.
