Sebastián Battaglia es un hombre que cree en la palabra justa y en la escasa exposición. Nunca se caracterizó por las estridencias y su trabajo fue siempre el equivalente al de una hormiga: sacrificado y silencioso. Ya en las épocas del Boca multicampeón con Carlos Bianchi, prefería que el micrófono lo tomen otros. Quizás, la cercanía con el DT no sólo le enseñó de fútbol, sino también de manejos.
El exjugador de Boca se tomó su tiempo para continuar su carrera en el fútbol como director técnico. No quería subirse a cualquier tren. Y la espera le terminó dando la razón.
Almagro fue quien le dio la oportunidad. El equipo de José Ingenieros tuvo la necesidad de reemplazar a Alfredo Grelak. En ese momento, el Tricolor tenía por delante en la B Nacional a Atlético Rafaela y Aldosivi.
Y Battaglia no desaprovechó la oportunidad. Con tan sólo 37 años y 4 partidos dirigidos (3 triunfos y 1 empate) está a un paso de ascender a primera. Si hoy le gana a Guillermo Brown en Puerto Madryn, conseguiría el campeonato en tiempo récord para un joven entrenador.
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Sebas, como le gustaba llamarlo en la intimidad el Virrey, es uno de los alumnos preferidos. Bianchi lo pulió cuando lo subieron a la primera de Boca y luego le brindó su conocimiento. Battaglia vivió de cerca cada decisión importante que tomaba el entrenador. Y ahora le saca provecho a esos momentos vividos.
Almagro puede volver a primera luego de 13 años. Con un técnico joven, pero con la mochila llena de éxitos como jugador. Es que 17 títulos con la azul y oro no son poca cosa. Además de haber jugado en la liga española con la camiseta de Villarreal.
Uno de los alumnos de Bianchi está listo para hacer historia, y soñar con tener una oportunidad para sentarse en el banco xeneize. Ese que su maestro tanta jerarquía le dio.