Son situaciones que empiezan a darse a raíz de la aparición de la tecnología en el fútbol y que generan polémica. En esta oportunidad, el hecho se vivió en un partido de la Bundesliga.
En una jugada que llenó de dudas a todos los presentes (una mano dentro del área), el árbitro Guido Winkmann decidió dejar seguir en inmediatamente ponerle fin al primer tiempo. Los jugadores se fueron al vestuario y todo parecía que quedaba ahí.... hasta que al hombre de negro le advirtieron de su error, por lo que decidió ir a buscar a ambos equipos, avisarles que sancionó penal u hacer ejecutar la penal máxima.
Esta jugada, le permitió al Mainz abrir un partido cerradísimo ante el Friburgo. El encargado de canjear penal por gol fue el argentino Pablo de Blasis. El propio De Blasis sentenciaría el encuentro a los 35 del complemento, luego de un error del arquero rival.