Alejandro Burzaco, el exCEO de Torneos y Competencias que confesó haber pagado 4 millones de dólares en coimas, no es el primer arrepentido de la megacausa abierta en los Estados Unidos que puede hacer caer a varios pesos pesados del fútbol en todo el mundo.
La causa se divide en una serie de claves que se originaron en 2011, cuando Chuck Blazer, exsecretario general de la Concacaf -confederación de fútbol de América del Norte- hizo explotar la FIFA desde adentro cuando confesó que la asociación estadounidense, al igual que otras en todo el mundo, exigieron 100 millones de dólares a medios de comunicación a cambio de los derechos de televización de los partidos. De ahí en más, el caso, conocido como FIFA Gate, desató arrestos, acusaciones y expulsiones.
Blazer, exintegrante del comité ejecutivo de la FIFA, murió el 12 de julio, pero primero cargó contra otros directivos. Joseph Blatter estuvo 17 años al frente de la máxima federación internacional del fútbol, pero renunció en 2015 cuando el FBI comenzó a investigarlo por corrupción.
Blatter fue el principal apuntado, pero no el único. En todo el mundo fueron investigados, entre otros, Jeffrey Webb y Jack Warner, expresidentes de la Concacaf; Eugenio Figueredo y Nicolás Leoz, expresidentes de la Conmebol; y José María Marín, expresidente de la Confederación de Brasil.
El FIFA Gate habría llegado hasta la Argentina en tiempos del fallecido Julio Humberto Grondona. Burzaco, que en 2016 se declaró culpable, aseguró ante el Tribunal de Nueva York que sobornó al expresidente de la AFA para que Torneos tuviera la exclusividad de la Libertadores y de la Sudamericana.
Burzaco afirmó que también repartió plata entre el excoordinador del Fútbol Para Todos (FPT), Pablo Paladino, y un abogado relacionado con el FPT, Jorge Alejandro Delhon, por los derechos de los partidos locales. Ellos son investigados por la Justicia de los Estados Unidos.